Rajoy planea pedir un rescate «virtual» para dar vía libre al BCE, pero sin usar el dinero
El Gobierno español estudia presentar una petición formal de ayuda al MEDE para abrir una línea de crédito «virtual» al objeto de que el BCE pueda comprar deuda soberana. De esta forma, no utilizaría el dinero de los mecanismos de rescate a no ser que fuese estrictamente necesario.
Joseba SALBADOR | DONOSTIA
El Gobierno de Mariano Rajoy está ultimando las negociaciones con las instituciones europeas para buscar la fórmula idónea que consiga aliviar sus problemas de financiación evitando tener que pedir un rescate en toda regla.
El plan que más fuerza está cogiendo en los últimos días -y que el Ejecutivo español habría presentado ya a la prensa europea- pasa por solicitar una línea de crédito preventivo al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y firmar su condicionalidad, pero sin llegar a hacer efectivo el desembolso de dinero. Con ello, se cumpliría el requisito para que el Banco Central Europeo (BCE) comience a comprar deuda directamente en el mercado secundario.
Con esta fórmula, el Gobierno español espera rebajar significativamente sus costes de financiación, eludiendo un nuevo paquete de condiciones, ya que se trataría de un programa preventivo, sin intención de usar el dinero y, además, habiendo puesto en marcha la práctica totalidad de las reformas aconsejadas por la Comisión Europea. Es por ello que fuentes del Ejecutivo insisten en que este tipo de solicitud sería «completamente diferente» a los rescates de Grecia, Irlanda o Portugal, ya que no supondría la exclusión del Estado español de los mercados de capitales.
Alemania, uno de los países que se oponía a la intervención del BCE porque liberaría de la presión de los mercados a toda la zona euro, estaría dispuesta a dar su aprobación, según se desprende de las últimas declaraciones de los principales líderes políticos, aunque insisten en que «sea lo que sea lo que pida, no será sin condiciones», según el número dos del partido de Merkel (CDU) en el Parlamento alemán, Michael Meister.
Discrepancias sobre los plazos
Lo que todavía no está tan claro es el momento en que el Ejecutivo español va a decidirse a pedir la ayuda. Según algunas fuentes, en este momento estaría esperando a tener la certeza de que ningún país va a bloquear la petición. Esta demora, además, no disgusta a Alemania, que de esta forma podría agrupar la aprobación de los rescates de Grecia, Chipre y Estado español en una sola sesión de su Parlamento y limitar así el desgaste político interno de la canciller Ángela Merkel. Fuentes comunitarias fijan en noviembre ese momento.
Otras fuentes, sin embargo, sostienen que la petición de ayuda podría ser «cuestión de horas o días» y aluden para ello al hecho de que el Gobierno español hubiera entregado ayer oficialmente en Bruselas su carta de adhesión al proyecto para crear el impuesto sobre las transacciones financieras o «tasa Tobin», una iniciativa bloqueada la semana pasada por el Estado español como estrategia negociadora en el último consejo de ministros de la Unión Europea.
La inminencia del rescate y su posible desbloqueo por parte de Alemania llevaron ayer al Ibex-35 a sumar un 3,41% al cierre de mercado, lo que le permitió avanzar hasta los 7.940,2 puntos. Entretanto, la prima de riesgo española se redujo en cinco puntos básicos, hasta cerrar en 426. Así, el rendimiento del bono español a diez años se situó en el 5,805% frente al 5,81% de primera hora.
A ello contribuyó también que el Tesoro español colocase 4.863 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, por encima del objetivo previsto, y a un menor interés que en la anterior subasta de setiembre.
Algunas fuentes sostienen que la petición podría ser «cuestión de horas o días» y aluden al hecho de que Madrid hubiese entregado ayer su carta de adhesión a la «tasa Tobin», una iniciativa bloqueada la semana pasada como estrategia negociadora.
Los mercados, con una subida del Ibex del 3,41% y una caída de la prima de riesgo a 426 puntos básicos, dan por descontado que el Gobierno español pedirá el rescate.