El primer ministro libanés sigue en el cargo tras el atentado de Beirut
El primer ministro libanés, Nayib Mikati, dejó ayer en el aire su dimisión tras el atentado que costó la vida en Beirut al jefe de inteligencia de la policía, Wisan Hasan, pidió un Gobierno de unidad nacional y relacionó el atentado con el arresto de un alto responsable prosirio.
GARA | BEIRUT
El primer ministro libanés, Najib Mikati, decidió ayer permanecer en su cargo por el momento, por «el interés nacional», al día siguiente de la muerte del jefe de inteligencia de la Policía libanesa, Wissam al-Hassan, que ha creado un seísmo político en Líbano.
Mikati aseguró que esperará a conocer los resultados de las consultas que próximamente llevará a cabo el presidente del Líbano, Michel Suleiman, con los líderes de la mesa del diálogo nacional para decidir sobre su posible dimisión. Además, pidió que se forme un Gobierno de unidad nacional.
«He asegurado al presidente que no estaba atado al puesto de jefe del Gobierno. Me ha pedido que permanezca porque no se trata de una cuestión personal, sino del interés nacional» y para evitar «un vacío político», afirmó Mikati tras una reunión de urgencia del consejo de ministros.
Hassan había investigado la muerte del exprimer ministro libanés, Rafiq Hariri, ganándose la enemistad de Damasco al señalar la responsabilidad de las fuerzas prosirias. A su vez, el Gobierno sirio había ordenado su detención junto a otras 33 personalidades libanesas por falso testimonio.
Mikati vinculó además el atentado con la detención del exministro prosirio Michel Samaha, el pasado agosto, acusado de haber introducido explosivos para cometer atentados en Líbano, instigados por los servicios de intelegencia sirios.
Por todo ello, la oposición siria atribuye el atentado contra el general al régimen de Damasco, una tesis que varios expertos abonaron subrayando, además de estos antecedentes, la minuciosidad con la que fue preparado el ataque.
La muerte fue condenada por la comunidad internacional en general, pero también por el Gobierno sirio. Irán apuntó hacia Israel. Al condenar el atentado, el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, acusó a Israel del ataque, afirmando que pretende «crear divisiones entre el pueblo y los diferentes grupos libaneses y por los elementos que jamás han considerado los intereses del pueblo y el gobierno libanés y no piensan mas que en sus beneficios y sus sucios objetivos».
El ataque con un coche bomba cargado con entre 60 y 70 kilos de TNT, causó además ocho muertos y 86 heridos, según fuentes gubernamentales, aunque la Cruz Roja estimaba que el número de víctimas podría ser menor.
Ayer aún permanecían en el lugar, entre los edificos derruidos, los chasis calcinados de varios coches, entre los que varios investigadores de las fuerzas de seguridad buscaban indicios. Hassan será enterrado hoy en el centro de la capital, al lado de la tumba de Rafic Hariri, muerto en atentado en Beirut en 2005. Su hijo Saad Hariri y la oposición han hecho un llamamiento a una participación masiva en los funerales, que probablemetne se convertirán en una denuncia hacia el régimen de Damsco.
Para la prensa libanesa,el país debe esperar «lo peor» tras el primer atentado de este tipo desde 2008.«La paz civileen peligro», titulaba el diario «As-Safir».
En el norte del país se produjeron intercambios de disparos que causaron la muerte del jeque Abdel Razzak al-Asmar, y en Trípoli fue atacada la oficina de un grupo suní pero próximo a Hizbulah. Además, grupos armados cortaron varias carreteras con barricadas en Beirut y otras localidades.
Desde Siria, el mediador internacional, Lakhdar Brahimi, advirtió de un posible desbordamiento regional de la guerra siria. Brahimi se reunió en Damasco con el jefe de la diplomacia del país, Wallid Muallem, para intentar hacerle aceptar su propuesta de tregua durante la fiesta musulmana de la Adha, la próxima semana. Las autoridades sirias afirmaron que este cese el fuego debe «preparar el terreno para un diálogo global sirio, la única vía para salir de la crisis, lejos de toda intervención extranjera». Sobre el terreno, continuaron los combates en torno a la base militar de Wadi Deif, en la periferia del enclave estratégico de Maaret al-Numan. GARA
Doce militares sirios han muerto en los 87 ataques del Ejército turco en respuesta a los impactos de obuses sirios en suelo turco, según el diario turco «Milliyet», que cita fuentes militares turcas. Además ha destruido carros de combate, blindados, y armas antiaéreas. Turquía ha puesto en estado de alerta de «despegue urgente» sus cazas F-16 a unos 100 kilómetros de la frontera con Siria.