Con una participación menor que en anteriores consultas, los islandeses votaron ayer varias cuestiones relativas a la elaboración de una nueva constitución, en un ejercicio de democracia directa sin precedentes, en el que una comisión electa de 25 ciudadanos ha elaborado estas propuestas tras consultar con los ciudadanos a través de internet. En este referéndum no vinculante, los islandeses deben responder seis preguntas en torno a cuestiones como la propiedad pública de los recursos naturales, la existencia de una iglesia nacional y distintos cambios electorales, como la convocatoria de referéndums de iniciativa popular. El Gobierno apoya las reformas mientras la oposición la rechaza.