Mikel INSAUSTI

Hay películas que ya nacen bendecidas con las ayudas oficiales, aunque luego no merezcan ni distribución comercial. Subvenciones aparte, «9 meses» recibió hace dos años en la Mostra de Valencia el premio del cine local en metálico dotado con quince mil euros. Y es que el idilio entre Miguel Perelló y la Generalitat viene de muy atrás, de cuando su padre, también productor de cine, fue presidente de la Diputación de Valencia. No sorprende mucho saber que el hijo empezó rodando el vídeo de la campaña electoral del PP y que nunca le ha faltado dinero público para sus series televisivas.

En el cine ha dirigido un par de coproducciones con Venezuela, la primera en el 2007 con el título de «Lo que tiene el otro», donde aparecían como actores invitados Alejo Sauras e Imanol Arias. La segunda es la que nos ocupa, habiendo sido realizada tres años después. Perelló ni siquiera se ha molestado en buscar un título original, pues ya existe la película homónima de 1995 «Nueve meses», dirigida por Chris Columbus y protagonizada por Hugh Grant y Julianne Moore. Por supuesto que igualmente tenía que ver con el embarazo, pero con escribir la primera de las dos palabras en número ya le ha debido parecer un cambio suficiente.

El guión tampoco es tan novedoso como pretende, al recordar en lo básico a la serie de la cadena HBO «Big Love», en la que Bill Paxton hacía de un mormón que practicaba la poligamia y se repartía entre las familias de tres mujeres distintas. En «9 meses», Enrique Arce hace de semental valenciano solicitado por tres treintañeras que quieren ser madres a la vez, tras elegirlo como donante ideal de esperma, antes de que, siguiendo con los símiles localistas, se les pase el arroz. Ellas no tienen pareja estable y atienden a la llamada interior de su reloj biológico, si bien se aprovechan de que son sendas triunfadoras y el futuro padre de alquiler es un actor de teatro sin ingresos. La broma no da para un verdadero desarrollo argumental y los chistes resultantes son de despedida de soltera.