El Ibex no pudo sostenerse sobre los 7.900 puntos. Las razones más señaladas echaban la vista atrás sobre la decisión de Merkel de no facilitar la recapitalización directa de los bancos y una rápida aprobación del supervisor bancario. Este nuevo revés tuvo un efecto directo en la prima de riesgo, que llegó a los 390 puntos y mira hacia arriba. Además, en estos momentos se están definiendo las posiciones de los bancos frente a la salida de los activos tóxicos de sus balances, mientras que desde el exterior del Estado español se abunda en la imposibilidad de que cumpla con el déficit. Por tanto, ha comenzado a cundir de nuevo el desánimo, dado que ni siquiera se puede buscar consuelo en los resultados empresariales del otro lado del Atlántico. Hasta la fecha casi todos son decepcionantes: los últimos, los de Caterpillar, que gana un 49% más, hasta 1.700 millones de dólares, pero rebaja sus previsiones para este año. El Ibex se fue hasta los 7.877,10 puntos, tras restar un 0,46%. El signo no fue diferente en Fráncfort (-0,71%), París (-0,61%) y Londres (-0,22%). En el Ibex, destacó al alza Bankia (+5,26%), que sigue sumido en una agitación permanente. Por detrás acabaron los títulos de Técnicas Reunidas (+2,76%) y Ferrovial (+1,81%). Entre los pesos pesados el único ganador fue Inditex (+0,20%), mientras que Santander bajaba un 1,03%, Telefónica, un 0,94%, y BBVA, un 0,90%. Los peores del selectivo fueron Acciona y Sacyr, al ceder más de un 3%. En París, Veolia Environnement (-4,97%) era castigada al fallar el intento de fusión con Suez Environnement.