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El 21-O no fue la meta sino la línea de salida

Las primeras horas, incluso los días y semanas inmediatamente posteriores a unas elecciones, suelen ser de actividad febril en las sedes de los partidos, igual que en las redacciones de los medios de comunicación. Son momentos de balance, de análisis y, también, de especulación. No hay que olvidar que lo que se decide en unos comicios es la correlación de fuerzas de una institución -en este caso la Cámara de Gasteiz- durante la siguiente legislatura, y que, por tanto, la cita del domingo no fue la meta de nada sino el punto de partida de lo que va a suceder en los próximos años.

Conviene tener esto en cuenta para hacer una lectura acertada de los resultados, más incluso que los factores que han propiciado los mismos. Porque no es tan importante el cómo se ha llegado hasta aquí, sino qué camino se va a recorrer a partir de ahora. Y desde ese punto de vista, la composición del Parlamento que ha dejado el 21-O invita al optimismo a quienes ansían que las instituciones dejen de ser un coto cerrado de los partidos, simples gestores de un escenario sobrevenido, y empiecen a ejercer de herramienta al servicio de la ciudadanía. En este sentido, igual que su holgada victoria confiere al PNV el derecho y la responsabilidad de formar gobierno, los 21 escaños obtenidos por Euskal Herria Bildu sitúan a la coalición abertzale en una posición envidiable para avanzar en los objetivos fijados en la campaña, sobre todo en el asentamiento del proceso emprendido hacia un escenario de paz y democracia, y en el cambio de modelo socioeconómico.

Si como fotografía del momento actual los resultados de EH Bildu son muy buenos, desde la perspectiva del juego que pueden dar a futuro son aún mejores. Dentro de cuatro años, si el próximo Ejecutivo agota la legislatura, los votantes independentistas no se acordarán tanto de la alegría que les dio Araba, la satisfacción en Bizkaia o de las dudas que han podido surgir en Gipuzkoa, sino de los frutos obtenidos tras la cosecha del domingo. Y el cesto es hoy más grande que nunca.

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