Ni la virulenta reacción del ya exconsejero navarro de Políticas Sociales, Jesús Pejenaute -con denuncia por acusación falsa incluida-, ni el hecho de que en su comparecencia se mostrara muy indignado, ni siquiera la presentación de su dimisión -para no perjudicar al Gobierno de su partido- disipan las dudas surgidas a raíz de la revelación de la asociación de consumidores, usuarios y contribuyentes Kontuz. De hecho, el exconsejero admite que llevó a cabo el intercambio de billetes denunciado, y ayer el Gobierno navarro reveló que también lo conocía. Las instancias competentes dirán si ha existido o no delito, pero en el plano ético es ya clara la inaceptable actitud de Yolanda Barcina. Cuando Pejenaute llevó a cabo el intercambio de billetes, en 2007, Barcina ostentaba la presidencia de la Comisión de Control de Caja Navarra, y dos años después, tras afiliarse aquel a UPN, lo nombró asesor personal. La dimisión de Pejenaute no se trata de un ejercicio de responsabilidad, como sostiene UPN, sino la única salida para ese consejero y el Gobierno de UPN. Una salida que, en cualquier caso, deja al Ejecutivo en una situación aun más insostenible. Barcina ha venido pidiendo a la oposición «responsabilidad» ante los presupuestos, pero ella demostraría una mayor irresponsabilidad de la que ya ha demostrado si alargara la actual situación incluso tras este penoso episodio.