El Ejército libanés logra un cese el fuego pero sigue la tensión
El Ejército libanés consiguió un compromiso de los grupos armados para aplicar un alto el fuego, aunque la tensión se mantenía en las calles de Beirut y Trípoli. Al menos once personas han muerto en los combates que se han sucedido desde el viernes, y los militares han detenido al menos a un centenar. El Gobierno de Najib Mikati intenta salir de la crisis política.
GARA | BEIRUT
El Ejército libanés estableció un alto el fuego entre los libaneses que apoyan al régimen sirio y los que respaldan a los rebeldes que quieren derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad, tras dos días de combates en la ciudad libanesa de Trípoli. Los enfrentamientos han provocado la muerte de once personas y han dejado 65 heridos a pesar del fuerte despliegue del Ejército, que ha enviado a la zona militares apoyados por carros de combate y vehículos blindados.
Beirut comenzó a recuperar la normalidad ayer después de que los militares desmantelaran durante la víspera las barricadas levantadas por hombres armados que desafiaron a las fuerzas de seguridad el domingo por la noche. El Ejército desplegó unidades móviles y fijas, apoyadas por tanques, y establecieron controles en las principales arterias de la capital libanesa, con el objetivo de evitar nuevos estallidos de violencia.
Los episodios de violencia se suceden desde el viernes, cuando falleció en un atentado el jefe de la Inteligencia de la Policía libanesa, el general Wissam al Hassan, que investigaba el atentado que acabó con la vida del exprimer ministro Rafik Hariri en 2005. El ataque derivó en una serie de protestas de sus seguidores, que responsabilizaron al régimen de Damasco y se enfrentaron con los que apoyan a Hizbulah y al régimen sirio. Además generó una crisis política que ha llevado a la oposición a exigir la dimisión del actual primer ministro, Najib Mikati.
Los combates en Trípoli se han desarrollado en las zonas de Bab al Tabbané, un bastión de mayoría suní, y Jebel Mohsen, un barrio alauí. Los residentes relataron que los combatientes emplearon ametralladoras y lanzagranadas por la noche y que, durante el día, aún había francotiradores disparando. Una mujer murió ayer por uno de estos disparos.
Una fuente militar aseguró a Reuters que el Ejército obtuvo un compromiso de los dos bandos enfrentados para imponer un cese de las hostilidades. Sin embargo, al atardecer se escucharon disparos en varios momentos. En un comunicado, el Ejército afirmó que ha arrestado a 100 personas desde el domingo, incluidos 34 sirios y cuatro palestinos, en el marco de las operaciones para desarmar a los hombres que estaban combatiendo y que incluyeron registros de varias viviendas en Beirut y en Trípoli. En los enfrentamientos resultaron heridos quince militares.
Crisis política
Los opositores que exigen la dimisión del Gobierno de Najib Mikati mantienen sentadas frente a la sede del Ejecutivo en Beirut y cerca de la casa del primer ministro en Trípoli.
La oposición libanesa, encabezada por Saad Hariri, acusa a Mikati de encubrir al régimen sirio, al que atribuyen la muerte de Al Hasan y de todas las personalidades antisirias muertas en atentado entre 2004 y 2008, entre ellas el exprimer ministro Rafik Hariri. Por ello, han decidido boicotear toda actividad con el Gobierno.
Varios diputados opositores denunciaron haber recibido amenazas de muerte a través de mensajes a sus móviles enviados desde un teléfono sirio. Ante esta división política, el presidente, Michel Suleiman, intensificó sus contactos con políticos de todas las tendencias para tratar de reanudar la mesa del diálogo.
Después de haber intentado jugar el papel de mediador y de haberse comprometido luego de lleno con la insurgencia siria, Turquía parece haber redescubierto el diálogo diplomático con los principales aliados del régimen de Bashar al Assad: Irán y Rusia. Aunque no se trata de un viraje completo, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, mostró el cambio en un encuentro con el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, en Baku. Tras haber rechazado durante mucho tiempo hablar de la cuestión siria con el país persa, Erdogan propuso a Teherán su inclusión en un mecanismo de cooperación, en el que podría incluir a Turquía, Egipto, Rusia y Arabia Saudí bajo diferentes fórmulas. Solo hace unos meses Ankara no quería ni oir hablar de Rusia o Irán participando en un diálogo sobre Siria. Pero Turquía tiene más de 100.000 refugiados en su territorio y el conflicto había llegado al intercambio de disparos en la frontera con Siria. La oposición acusa al Gobierno de un fracaso diplomático y de precipitar al país en una guerra a la que la mayoría de los turcos se opone, lo que ha llevado a Ankara a unir su política de confrontación con Siria a otra más diplomática. GARA
El presidente libanés recibió a la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, quien advirtió contra el «vacío político» que podría originarse en el Líbano si dimite Mikati. Ashton manifestó «el apoyo de la UE a la independencia y estabilidad del Líbano y a las medidas del gobierno para controlar la situación».
«Seguimos los acontecimientos. No tenemos nada que decir. Que Dios proteja a Líbano», expresó a France Press una fuente próxima a Hizbulah, reflejando el interés del grupo islamista por rebajar el tono del enfrentamiento. Hizbulah cuenta con mayoría en el Gobierno de Najib Mikati, y quiere mantener esa posición. Un acceso de la oposición al Ejecutivo pondría en cuestión su hegemonía y su arsenal, que mantiene subrayando la necesidad de hacer frente a Israel. Además, teme que un nuevo gobierno apoye la insurgencia siria como lo hace Turquía. Hizbulah necesita el amparo del Estado en caso de ataque israelí, aunque en 2006 se quejó de la falta de apoyo del Ejecutivo entonces dirigido por Fuad Siniora. La oposición evita atacar directamente a Hizbulah, ante el riesgo de guerra civil.
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