Raimundo Fitero
Sanidad
En La Sexta han decidido que en una misma sesión de noche se pueda contemplar la copia y el original de un programa culinario que tiene componentes de reality y que mantiene un esquema rígido. El protagonista principal es un cocinero profesional que visita restaurantes que están pasando por momentos delicados y que, una vez cumpliendo un ritual consistente en, primero solicitar platos de la carta, que irremediablemente deben ser execrables, pasa a la cocina para ver cómo trabajan y en que condiciones de salubridad, que siempre son limítrofes con lo insufrible, lo que debería crear alarma social por lo habitual de estas deficiencias sanitarias, para detectar a continuación que está muy mal organizado el servicio, que existen problemas de autoridad, y que la suma de estas circunstancias es el problema a resolver.
La segunda parte se compone de los enfrentamientos con algunos de los propietarios o gerentes, las tensiones con cocineros o camareras, para acabar, después de una remodelación decorativa del local, en una solución ideal de la muerte en la que se cambia carta, sistema de producción, modelo de servicio, que roza la excelencia. En la versión española de «Pesadilla en la cocina», no se puede saber en qué terminan estas remodelaciones o resurrecciones de restaurantes, porque en la original, la americana, se ofrecen recopilaciones en las que se visita a los restaurantes salvados para ver al cabo de un año en qué han quedado. Algunos han cerrado porque el problema era superior a la bondad ficcionada del programa televisivo.
Alberto Chicote suelta tacos, se mueve con una actitud entre chulesca y colaboradora, seguramente su oronda figura contribuya a la cercanía con los telespectadores y mantiene de principio a fin el esquema citado, aunque en la emisión del pasado jueves se introdujo un componente más emotivo con un problema de relación entre padre e hijo que no aportaba mucho, quizás unas lagrimitas. Les va funcionando. Es más, la versión tiene casi el doble de audiencia que el original. Cosas a estudiar. Habría que hacer un seguimiento sobre los restaurantes visionados, por ver la influencia del programa en la clientela. Y en las inspecciones de Sanidad.