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Redefinición salomónica de la frontera marítima entre Nicaragua y Colombia

GARA | LA HAYA

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) zanjó ayer una disputa de límites entre Colombia y Nicaragua con un fallo salomónico que concede parcialmente a Bogotá y Managua algunas de sus reclamaciones y fija una nueva frontera en el Caribe. La resolución fue recibida con satisfacción en el país centroamericano, pero no tanto en el suramericano.

A grandes rasgos, la Corte de La Haya confirmó la soberanía colombiana de siete cayos cercanos a las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, pero le dio a Nicaragua una porción de mar al este del meridiano 82, que marcaba la frontera marítima entre ambos países en virtud de un tratado bilateral de 1928, invalidado por Nicaragua en 1980.

El presidente de la CIJ, Peter Tomka, llamó a los gobiernos de ambos países a lograr un acuerdo para la navegación entre el mar nicaragüense y las dos islas que pertenecen a Colombia.

La decisión judicial busca poner fin a décadas de disputa bilateral, delimitando la frontera marítima y la soberanía de media docena de cayos.

El canciller nicaragüense, Samuel Santos López, dijo que «celebran el veredicto unánime de la CIJ». «Es significativo el carácter unánime de la decisión. Nicaragua está satisfecha porque ha salido de la jaula del Meridiano 82 en la que Colombia quiso meterla desde tiempos inmemoriales. Creemos que es una solución inteligente y sabia de la CIJ», señaló.

Las primeras reacciones en Colombia, a la espera de un mensaje a la nación del presidente, Juan Manuel Santos, provienen de las autoridades del archipiélago de San Andrés, que han expresado su preocupación por las consecuencias, especialmente para la pesca. La gobernadora del archipiélago de San Andrés, uno de los 32 departamentos de Colombia, Aury Guerrero Bowie, subrayó que en una porción de mar que ahora pasa a soberanía nicaragüense se ubica un gran banco de pesca.

El reconocimiento de la soberanía sobre los cayos Albuquerque, Este Sudeste, Roncador, Serrana, Quitasueño, Serranilla y Bajonuevo fue recibido con júbilo, así como el anuncio de la concesión a Colombia de la parte del mar Caribe en torno a Roncador, Providencia, Santa Catalina, Alburqueque y Este Sudeste. Sin embargo, la alegría se tornó en tristeza cuando el tribunal anunció que corresponden a Nicaragua las 200 millas de zona económica exclusiva de las aguas circundantes a los cayos de Quitasueño y Serrana, enclavadas en 12 millas náuticas de la soberanía colombiana.

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