CAJA LABORAL BASKONIA Visita del CAI Zaragoza
Velocidad de crucero para batir a un clásico que vuelve fuerte
La escuadra maña es la cuarta que menos puntos recibe: solo 72,3 por partido. A pesar de haberse quedado sin Cabezas ni Hettsheimeir, han armado un equipo duro, lleno de confianza en sus opciones.
Arnaitz GORRITI
«Si defendemos, si seguimos trabajando, podemos ganar ante cualquiera. Pero si no, cualquiera nos puede ganar. Ni somos tan malos como el día de Zalgiris, ni somos ahora los mejores de Europa». Zan Tabak quiere ser prudente; de hecho, lo necesita, aunque su equipo haya adquirido velocidad de crucero y ya sean 16 las victorias que suma de forma consecutiva.
Desde las filas baskonistas se apela a la prudencia mientras que el aficionado salta de alegría y casi ni se acuerda de que el panorama se teñía mucho más oscuro solo hace dos meses. Cada cual juega su rol, como lo juega el CAI Zaragoza que llega, en esta especie de «toma de contacto» del cruce de cuartos copero que deben disputar el próximo 7 de febrero, con el papel de víctima, pero al mismo tiempo, confiado en seguir siendo una de las revelaciones de la presente campaña.
Y es que sin Carlos Cabezas ni Rafa Hettsheimeir, el conjunto aragonés se ha sabido reinventar. Supo pescar a Llompart -ojo con sus triples sobre la bocina- de la desbandada del Lucentum Alicante, ha recuperado también a un Henk Norel que promedia 12,5 puntos y 5 rebotes en 25 minutos por partido, y, de la mano de José Luis Abós, ha armado a una escuadra férrea, cuarta mejor defensa de la Liga regular, con 72,3 puntos encajados por partido.
Poco queda de aquel CAI Zaragoza ochentero -y de buena parte de los 90, antes de desaparecer por culpa de los problemas económicos- campeón de la Copa y finalista en Europa, en el que brillaban gentes como Kevin «la pantera negra» Magee, los hermanos Arcega, Javier Zapata, Quique Andreu o el mismísimo Alexander Belostenny. Un equipo que tuvo un papel parecido al del Baskonia actual: contestatario de los futboleros.
Este novísimo CAI Zaragoza hereda una cancha casi siempre llena, los «sitios» que suenan cuando defiende y la consciencia de que, si el rival se fía en exceso, ahí estará para recordarle que, si aquel club cayó, cualquiera puede caer.
La sensación de que el duelo de ACB entre el Baskonia y el CAI es un «ensayo general» para la Copa, cunde también en la capital maña. El técnico aragonés José Luis Abós, empero, trataba de separar ambos encuentros.
«Vamos a jugar con los mismos equipos, pero el de la Liga y la Copa son partidos distintos. Afrontamos este partido en buena posición, pero con vistas para encarar la segunda vuelta. También miraremos lo que pasa en la pista, pero nada más», dijo. A. G.