Vicenç Navarro 2013/1/15
PÚBLICO.ES La demonización de Chávez
Uno de los indicadores de la escasa calidad de la democracia española es la limitadísima diversidad ideológica en los medios de mayor difusión en España. El sesgo conservador de tales medios -incluso de aquellos que se consideran de centro o centroizquierda- es muy acentuado en España. (...) Un ejemplo de ello es la cobertura de la política venezolana por los cinco rotativos de mayor difusión en el país.
(...) les invito a que cuenten las veces que han aparecido artículos críticos de la presidencia Chávez en medios mayoritarios españoles y lo comparen con el número de artículos favorables. Y verán que no ha aparecido ni uno. Incluso El País, el rotativo que se considera liberal (y que por mera coherencia ideológica debería estar abierto a posturas divergentes, incluso críticas de sus editoriales), ha publicado las virulentas críticas al gobierno Chávez del Sr. Moisés Naím (...), sin nunca, repito, nunca, publicar un artículo favorable a tal gobierno.
Y ahí está uno de los puntos más vulnerables y defectuosos de la llamada democracia española: el monopolio mediático de los intereses conservadores en el sistema informativo español. Y este monopolio (...) No sólo impide que la población esté bien informada, ofreciéndole un amplio abanico de posturas en sus medios, sino que reduce la calidad del debate político, pues las voces conservadoras-neoliberales, conocedoras de la ausencia de crítica a sus posturas, y dueñas, por lo tanto, de una inmunidad intelectual, dicen y sostienen argumentos basados en datos que son fácilmente demostrables que son falsos. (...)
Si se hubieran publicado en España, por ejemplo, las respuestas de Mark Weisbrot, publicadas en el The New York Times y en el The Guardian, se podría haber visto el grado de exageración, hipertrofia y falsedades que contenían los datos presentados por Moisés Naím, entre otros.
(...) América Latina ha estado gobernada durante largos periodos por gobiernos neoliberales como al que sirvió Moisés Naím, que expandieron la pobreza de sus poblaciones de una manera muy notable. Ello creó una respuesta de protesta que conllevó el establecimiento, por medios democráticos, de gobiernos reformistas de izquierda, no sólo en Venezuela, sino también en Ecuador, Bolivia, Argentina y Uruguay, entre otros (que aparecen como las bestias negras), y que elección tras elección continúan siendo reelegidos. De ahí la gran adversidad, pues parte de su vocación reformadora se basa en romper los monopolios mediáticos que han controlado la información en aquel continente. Pero de esto el lector español ni se entera. Y a esto le llaman democracia.