Txelui Moreno Sagüés Portavoz de la izquierda abertzale en Nafarroa
CAN: ¿ladrones u hombres de estado?
Sr. Goñi, tenemos memoria colectiva y, a pesar de sus ocultaciones, de la gestión opaca de la CAN, de sus conchabeos y su «omertà», tenemos elementos suficientes como para comprender en su globalidad y en su complejidad lo sucedido con el expolio de la CAN. Ustedes han preferido la liquidación a la fusión. Es así de claro y así de significativo
Nuestra capacidad de asombro debería estar simplemente agotada a estas alturas de la película, pero lo de Enrique Goñi bate todas las marcas habidas y por haber. De ser aquél que nadie sabe de dónde y porqué vino (nada que ver con Bodegas Sarriá), llegó a la dirección de la CAN, la desmanteló y ahora el señor se nos ha vuelto articulista y candidato a conferenciante -quizás mañana también tertuliano-. Listo no sabemos si es, pero lo que sí es seguro es que es sordo. Que no, señor Goñi, que donde tiene que rendir cuentas y explicaciones no es en el «Diario de Navarra», ni en una comparecencia preparada al efecto por UPN y PSN, sino ante la ciudadanía navarra, ante el Parlamento, ante una comisión de investigación y ante el juez.
Tiene usted que rendir cuentas y explicar a la ciudadanía navarra el expolio de la CAN, cómo y por quién se ha llevado a cabo. Queremos saber con pelos y señales quién tomó las decisiones que han llevado a la desaparición de la entidad financiera pública de Navarra, queremos saber por qué las tomaron y cuál es la razón oculta que ha hecho que ustedes prefirieran tirar por la ventana el dinero de los y las ciudadanas navarras antes que ir a una fusión natural con aquellas cajas de ahorro que gozaban de buena salud. Sí, Sr Sanz, perdón, Sr Goñi, o quizás Sr Fluxá, es verdad que esas cajas eran vascas...
Dicen que por la boca muere el pez, cuestión que seguro usted tuvo presente al escribir el artículo en «Diario de Navarra», porque calla más de lo que dice. Sin embargo, hace algunas aseveraciones que llaman la atención. Seguramente, y a pesar de haber repasado el artículo con sus asesores, cae en el error de intentar ocultar el motivo de la desaparición de la CAN, comparándolo con el devenir de otras cajas, cuando la razón de su desaparición estaba y está aquí mismo y no es otra que la fusión con las demás cajas vascas. Compare la situación de la CAN con las demás cajas vascas y no se vaya tan lejos. Esa fusión habría sido lo lógico por historia (en 1924 nacen las cajas vascas, entre ellas las navarras) y porque económicamente era la salida natural y más beneficiosa para una entidad que tiene que ser motor de desarrollo y generadora de empleo.
Perdón, es cierto que algunas se atrasaron demasiado y cuando se fusionaron CAN ya estaba en Banca Cívica... ¿No será que algunos de sus compañeros de vuelos (esa afición por los helicópteros... pero de eso hablaremos otro día) se empeñaron en retrasar una de las fusiones y acelerar la otra para no llegar a tiempo?
Vivimos en este país, señor Goñi, se entere usted o no, y no nos hacen falta asesores financieros de dudosa reputación para darnos cuenta de que lo que ha sucedido es una operación bien pilotada por el Estado español y algunos de sus fontaneros más cualificados. Tenemos memoria colectiva y, a pesar de sus ocultaciones, de la gestión opaca de la CAN, de sus conchabeos y su omertà, tenemos elementos suficientes como para comprender en su globalidad y en su complejidad lo sucedido con el expolio de la CAN. Ustedes han preferido la liquidación a la fusión. Es así de claro y así de significativo. Enrique Goñi, Ricardo Martí Fluxá, Alonso Ureba... solo esperamos que su lógica con el dinero no sea la misma que para tratar a las personas y sus vidas, aunque quizás sí lo sea y eso explique también muchas de las cosas que han sucedido en este país durante décadas.
El año 1998 debió de ser un año de zozobras para ustedes. Ver una situación nueva en este país, un pueblo que se pone en marcha en base a un acuerdo adoptado en Lizarra y en Garazi, una institución nacional que surge de la nada... No nos extraña que esta y algunas otras no menos curiosas fuesen sus mayores preocupaciones cuando representantes del Estado español -entre otros Ricardo Martí Fluxá- se reunieron en Suiza con ETA. Algunos quebraderos de cabeza debieron de tener en los centros de decisión del reino... ¿Entraba -Sr Fluxa- entre sus preocupaciones la posible fusión de las cajas vascas y su potencialidad económica en ese contexto? Nos consta que sí.
Muchas cuestiones por aclarar, también -cómo no- el desastre al que hemos asistido desde entonces y el triste final de la CAN. Ustedes han jugado con el dinero de la ciudadanía navarra, y mientras se iban llenando los bolsillos con dietas y oscuras operaciones financieras e inversiones, han ido poniendo en riesgo la entidad financiera conscientemente hasta llegar a una situación de no retorno en la que su «anhelada solución» se ha impuesto.
La CAN ha desaparecido, y a los navarros y navarras nos concierne ahora tomar medidas y adoptar otras alternativas que nos permitan tener una entidad financiera pública y posibilidad de colaboración con otras existentes (Caja Rural, Caja Laboral...) o en proyecto, para que el crédito vuelva a fluir y sea un factor clave para hacer frente a esta crisis sistémica que nos azota. Hace décadas se hizo y hoy, con más razón si cabe, deberíamos ser capaces de construir un nuevo proyecto que sea la base de esa entidad pública de Nafarroa y parte de una estructura financiera de Euskal Herria. Desde un punto de vista económico, sería lo más adecuado y como pueblo lo más necesario e interesante. Creemos que eso sería -veinte años más tarde de lo que nos hubiera gustado- actuar con responsabilidad.
Responsabilidades que para ustedes no hacen más que empezar y que pudieran ser tanto penales como políticas. En estas últimas semanas hemos asistido a sucesos rocambolescos como el affaire Asiain-Cervera o la no menos esperpéntica «incursión» de UPyD (los mismos que no respetan ni las instituciones ni los derechos de Nafarroa tratan de llevar la investigación a la Audiencia Nacional pasando por un pequeño stage en la de Iruñea...) y numerosas peticiones de investigación a la Fiscalía. De acuerdo, la Fiscalía debe intervenir porque hay más que indicios de actos delictivos. Pero que el árbol no nos impida ver el bosque.
Tenemos la impresión de que altas instancias intentan reconducir, controlar y restringir todo a una mera investigación fiscal y que podemos estar asistiendo a una «voladura controlada del caso CAN» donde estaría decidido quiénes son los «chivos expiatorios», eso sí, sin llegar a traspasar el portón del centro penitenciario. Está claro que tratan de ocultar el nefasto modelo de gestión de UPN-PSN, intentando cortocircuitar la verdadera investigación con unos cuantos «fusibles» en vez de reco- nocer su culpa.
La honestidad apuntaría a lo segundo pero, la última decisión de Barcina (que como bien dice López Merino es un intento de incinerar lo sucedido en la CAN para borrar todo rastro), la preparación de algunas maletas (empresa consulting de Goñi en Madrid) y la petición del propio Goñi de comparecer en el Parlamento, junto con el veto del PSN a una comisión de investigación, dejan entrever que no va a ser así.
Pues bien, sepan ustedes que hay personas que no van a cejar en su empeño hasta que se haga luz sobre este expolio y se asuman las responsabilidades políticas que de él se derivan. Hasta que se sepa por qué la CAN dejó de ganar 24.000.000 millones de pesetas por una decisión suya, Sr Goñi, inducida por «asesores» que jugaban a dos bandas y obviando la opinión y la capacidad de decisión de los abogados y directivos de la CAN de entonces. Usted prefirió hacer caso una vez más a Fluxá, Ureba... (sin olvidar a los que comparten mesa con usted, aquí o en sus festivos viajes a alguna que otra capital europea...) con el resultado conocido de 24.000.000 millones que no se cobran y quizás algunos porcentajes en comisión que van a los bolsillos de los «asesores» de turno.
Aunque no fuera más que por este caso, usted, señor Goñi, ya debería estar dando cuentas delante del Parlamento de Nafarroa y de su ciudadanía. Y debería hacerlo del brazo de toda esa banda de chorizos y «fontaneros» (con perdón por una profesión que nos merece absoluto respeto). Aunque no fuera más que por este caso, el PSN debería avergonzarse de intentar ocultarlo y proteger a quienes están pringados en la liquidación de la CAN. Cuando veas las barbas de tu vecino...