OLAIZOLA II-ZABALA 16
IRUJO-ZABALETA 22

Lejos de ese estereotipo de pelotari alocado que se ha labrado durante gran parte de su carrera, Juan Martínez de Irujo se puso ayer su traje más serio y, acompañado de un potente Zabaleta, consiguieron su cuarta victoria del Parejas ante Olaizola II-Ibai Zabala, a los que se les comienza a nublar el panorama.

Tras la única derrota cosechada por la pareja de Aspe -cayeron derrotados por la mínima ante Bengoetxea VI-Beroiz-, el de Ibero se mostró convencido de que, a base de jugar juntos, iban a crecer mucho como pareja y, de momento, ya han dado con una fórmula con la que se muestran inaccesibles a la mayoría de parejas inmersas en el campeonato. Porque la idea de insistir, de manera machacona, al zaguero rival no será quizá la más espectacular y bonita estéticamente, pero, hoy por hoy, no hay otra pareja con el poder de la dupla navarra de Aspe, capaz de tener a Ibai Zabala todo el rato con los pies por detrás del seis y a Aimar Olaizola de espectador, buscando la manera de entrar en juego.

Los de Aspe saltaron a la cancha del Bizkaia con las ideas muy claras y, cuando el planteamiento es correcto, no hay más que insistir e insistir hasta que termine dando sus frutos.

Inicio igualado

Eso es lo que, más o menos, hicieron Irujo y Zabaleta, por mucho que las cosas se les torcieran en un comienzo de partido en el que ambos cometieron algún error de más. En el caso del zaguero, se le atragantaron los saques que, con toda intención, Aimar colocó en el ancho.

Así llegaron los dos primeros tantos del partido, ambos para la pareja colorada y desconcertaron un tanto al de Etxarren que, no obstante, completó un partido muy sólido. En esa primera parte, a Juan Martínez de Irujo también se le fueron otras cuatro pelotas a la contracancha, al menos tres en ganchos de zurda -la zona con molestias-, lo que permitió que la buena defensa de los colorados les sirviera para adelantarse 12-8 en el ecuador del partido, la máxima diferencia de los de Asegarce en toda la tarde.

Pero ni esta diferencia en el luminoso, ni la estoica defensa de un Ibai Zabala, que incluso aprovechaba las buena pelotas que caían a su derecha, movió ni un milímetro de su idea inicial a la pareja de Aspe.

Todo lo contrario, los reforzó en su idea y la insistencia, y el poder de sus derechas -Martínez de Irujo hizo la mitad de sus 12 tantos en pelotazos atrás y, pegando más pelotazos, entró menos de aire que Aimar-, acompañadas de cierta fortuna -como en los dos últimos tantos-, los llevaron a su objetivo.