LITERATURA
Malí: la guerra también amenaza a los manuscritos del desierto
Inmerso en una dinámica de guerra y fuego, el país africano sufre también el peligro de perder para siempre parte de su extraordinaria riqueza patrimonial y cultural. Con la nueva situación se ha paralizado, por ejemplo, el proyecto de digitalizar las bibliotecas del desierto.
AFP | LYON
Debido a las continuas agresiones contra los monumentos históricos de Tombuctú, la hermosa ciudad situada en el norte de Malí, la Unesco decidió a finales de junio de 2012 incluirlos en la lista de Patrimonio Mundial en peligro. El llamamiento internacional se producía tras la destrucción, por parte de grupos jihadistas, del mausoleo del santo Sidi Mahmud y del aviso de que este solo era el principio de la aniquilación total de unas formas de culto que tachaban de herejes. La preocupación por el patrimonio cultural de la ciudad conocida como la de los «333 santos» no deja de crecer.
Hasta la fecha, de las decenas de miles de manuscritos de Tombuctú, datados los más antiguos de ellos en el siglo XII, solo un centenar perteneciente a un coleccionista privado ha podido ser digitalizado. Con la explosión de la guerra, el proyecto de digitalización francés que arrancó en 2008, en cooperación con el Gobierno de Malí, ha quedado paralizado.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, realizó el pasado martes un nuevo llamamiento a las fuerzas militares malienses y francesas para que protejan el patrimonio cultural del país, aunque en Tombuctú esté ya seriamente dañado. «Algunos de estos manuscritos se llevaron de forma clandestina a Bamako, donde están escondidos, y otra parte está en París», dijo Jean-Michel Djian, periodista y coordinador académico de un reciente libro sobre el tema: «Manuscrits de Tombouctou. Secrets, mythes et réalités».
«Instalamos un equipo de digitalización en la Asamblea Regional de Tombuctú y formamos a un técnico. El material se usó entre setiembre de 2009 y marzo de 2010», explica Jean-Pierre Chante, profesor emérito del Insa. Los investigadores identificaron entre 100.000 y 900.000 manuscritos entre Tombuctú y sus alrededores, aunque los expertos estiman que las bibliotecas de Mauritania poseen al menos otros 250.000. Los investigadores también observaron la renuncia de los malienses a permitir que sus manuscritos fueran «copiados», porque temen que pierdan su valor.
En manos de los linajes más importantes, estos manuscritos se conservan como tesoros familiares en escondites secretos y bibliotecas privadas, bajo la supervisión de los ancianos y eruditos religiosos. Fundado en Tombuctú en 1973, el Cedrab, antes llamado Instituto de Altos Estudios Islámicos y de Investigación Ahmed Baba, custodia entre 60.000 y 100.000 manuscritos, según datos del Ministerio de Cultura de Malí.
Debido a las continuas agresiones contra los monumentos históricos de Tombuctú, la hermosa ciudad situada en el norte de Malí, la Unesco decidió a finales de junio de 2012 incluirlos en la lista de Patrimonio Mundial en peligro. El llamamiento internacional se producía tras la destrucción, por parte de grupos jihadistas, del mausoleo del santo Sidi Mahmud y del aviso de que este solo era el principio de la aniquilación total de unas formas de culto que tachaban de herejes. La preocupación por el patrimonio cultural de la ciudad conocida como la de los «333 santos» no deja de crecer.
Hasta la fecha, de las decenas de miles de manuscritos de Tombuctú, datados los más antiguos de ellos en el siglo XII, solo un centenar perteneciente a un coleccionista privado ha podido ser digitalizado. Con la explosión de la guerra, el proyecto de digitalización francés que arrancó en 2008, en cooperación con el Gobierno de Malí, ha quedado paralizado.
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, realizó el pasado martes un nuevo llamamiento a las fuerzas militares malienses y francesas para que protejan el patrimonio cultural del país, aunque en Tombuctú esté ya seriamente dañado. «Algunos de estos manuscritos se llevaron de forma clandestina a Bamako, donde están escondidos, y otra parte está en París», dijo Jean-Michel Djian, periodista y coordinador académico de un reciente libro sobre el tema: «Manuscrits de Tombouctou. Secrets, mythes et réalités».
«Instalamos un equipo de digitalización en la Asamblea Regional de Tombuctú y formamos a un técnico. El material se usó entre setiembre de 2009 y marzo de 2010», explica Jean-Pierre Chante, profesor emérito del Insa. Los investigadores identificaron entre 100.000 y 900.000 manuscritos entre Tombuctú y sus alrededores, aunque los expertos estiman que las bibliotecas de Mauritania poseen al menos otros 250.000. Los investigadores también observaron la renuncia de los malienses a permitir que sus manuscritos fueran «copiados», porque temen que pierdan su valor.
En manos de los linajes más importantes, estos manuscritos se conservan como tesoros familiares en escondites secretos y bibliotecas privadas, bajo la supervisión de los ancianos y eruditos religiosos. Fundado en Tombuctú en 1973, el Cedrab, antes llamado Instituto de Altos Estudios Islámicos y de Investigación Ahmed Baba, custodia entre 60.000 y 100.000 manuscritos, según datos del Ministerio de Cultura de Malí.