Apenas por unos segunditos, pero el River sigue siendo el único equipo que todavía no ha podido celebrar la victoria lejos de su estadio. La acarició ayer durante más de una hora, pero un penalti transformado por Arman en el último suspiro le dejó con la miel en los labios. El punto, al menos, le permite dormir a salvo, aunque lo que suceda a lo largo de esta tarde puede devolverle a los puestos de peligro.

En el otro extremo de la clasificación se mantiene el Amorebieta que por juego, por inercia, por fortuna, por lo que corresponda en cada ocasión, no perdona la oportunidad de puntuar y cierra su octava jornada consecutiva en positivo, lo que le permite mantener la cuarta plaza, suceda lo que suceda en el resto de la jornada.

Acostumbrado a mandar en su campo, el equipo de Axier Intxaurraga saltó con ganas al césped. Pero no se dejó amilanar su rival, pese a llegar en cuadro -lesiones y sanciones impidieron incluso que José Luis Ribera pudiera completar la convocatoria, formada ayer por solo 15 futbolistas-, muy necesitado de puntos, lo que dio lugar a un primer tiempo igualado. Pero el gol llegó. Y lo hizo por parte visitante, con un rápido contragolpe que Jokin Arambarri definió a la perfección. Respondió el Amorebieta para lucimiento de Montero a cabezazo de Altuna y contrarreplicó el River con un gran servicio de Abasolo que no pudo aprovechar esta vez Arambarri.

Los cambios

Fue mejor en el segundo tiempo el cuadro local, al que le sentaron bien los cambios. Sobre todo el de Arman, que creó mucho peligro por su banda. Aún así fue Hernáez el que pudo sentenciar con una doble ocasión. Tendría tiempo de lamentarse el River que, cuando acariciaba ya los ansiados tres puntos con el encuentro metido en tiempo añadido, vio cómo el árbitro decretaba penalti por una discutidísima mano en el área. Arman ejecutó desde los once metros, salvando un punto con sabor a play-off para los azules.