La lluvia puso en alerta ayer a todos los vecinos de Lizarra, que asistieron expectantes a la crecida paulatina del río Ega. La propia alcaldesa del municipio, Begoña Ganuza, que destacó la colaboración de la ciudadanía en las labores de prevención, reconoció que la localidad navarra se mantuvo en alerta durante buena parte de la jornada ante el aumento del cauce del río, que finalmente a las 19.00 experimentó su pico de crecida.

En declaraciones a la agencia Europa Press, Ganuza pidió precaución a los vecinos ante las previsiones meteorológicas, que apuntaban a una fuerte crecida del Ega durante la tarde. Cabe señalar que el río estaba siendo vigilado con atención en la localidad de Kanpezu, desde donde se remitía información actualizada a los servicios de emergencia desplegados en Lizarra.

Sin embargo, pese a la alerta inicial, el Ega, que a las 13.00 bajaba con un caudal de 160 metros cúbicos por segundo y había alcanzado los 3,9 metros de altura a su paso por el centro de la localidad navarra, cerró la jornada en descenso tras marcar su pico de aforo al caer la noche. Para alivio de los vecinos de Lizarra, la subida del río fue menor de la prevista.

De todos modos, la mejora de las previsiones no impidió que el río anegará las fincas y las huertas cercanas al municipio navarro. Asimismo, las precipitaciones vinculadas al temporal obligaron a cerrar la carretera NA-718, que conecta Lizarra con Sakana a través del puerto de Urbasa, por un hundimiento en la calzada.

La crecida de los ríos también se dejó notar en otros municipios del sur de Nafarroa, como es el caso de Funes, donde el Arga alcanzó los 4,03 metros de altura; o en Castejón, donde el Ebro llegó a los 6,46 metros. En Iruñea, las precipitaciones cortaron la NA-30 en el acceso de Landaben, y en la zona norte de la Comunidad fora, la crecida del Eska provocó el corte de la NA-137, que une Burgi e Isaba. Además, los desprendimientos cortaron la NA-176 entre Garde y Ansó (Huesca).

Crecida del Zadorra

En el resto de territorios, los principales problemas se dieron en los municipios cercanos al río Zadorra, que experimentó una rápida crecida por el desembalse del agua acumulada durante los últimos días en el embalse de Uribarri-Ganboa, que ayer crecía a razón de un centímetro cada dos horas. Quizás estas crecidas se repitan durante las próximas horas.

Para hacer frente a esta situación, la Mesa de Crisis de Lakua decidió activar a media tarde la fase 1 del Plan de Emergencias por riesgo de Inundaciones. Según explicó la consejera de Seguridad, Estafanía Beltrán de Heredi,a esta decisión tenía por objeto «dar una mejor respuesta» a los problemas relacionados la crecida del río alavés, que desde el viernes anega zonas del norte de Gasteiz, Arratzua-Ubarrundia e Iruña Oka.

En respuesta al nivel de alerta, el Ejecutivo autonómico desplegó un dispositivo formado por 250 personas a lo largo de la cuenca del Zadorra. A este operativo de emergencia se le sumaron más de 750 efectivos en el resto de comarcas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

En cuanto a las incidencias sobre el tráfico, la subida del Zadorra provocó el corte de la A-4010 a su paso por Arratzua Ubarrundia, la A-4301 y la A-43302 a su paso por Gasteiz y la A-3302 en Iruña Oka. En Gipuzkoa los problemas se concentraron en la N-634 entre las localidades de Zumaia y Getaria, donde los desprendimientos obligaron a cortar el tráfico.

De cara a las próximas hora, Euskalmet espera más precipitaciones, aunque ya no serán tan continuadas e intensas. Además, tenderán a remitir por la tarde.