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Donostia se empapa de lluvia y de fiesta con los primeros redobles

La fiesta estalló anoche en Donostia, donde el estruendo de los tambores y las ganas de juerga tuvieron que competir con la lluvia incesante y un viento feroz. El inicio de las 24 horas más esperadas estuvo marcado por un temporal que se espera que remita a lo largo del día. Si los txikis no pudieran salir hoy desde Alderdi Eder, lo harán mañana. La tamborrada especial de ayer a mediodía, con motivo del bicentenario de 1813, sí logró librarse del agua.
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Maider IANTZI |

El protagonismo del inicio festivo donostiarra estaba destinado al bicentenario y a las mujeres de Kresala, pero se lo arrebató un invitado indeseado. Diluviaba auténticamente en la «Consti» cuando a medianoche sonó por vez primera la Marcha de San Sebastián. Y otro tanto ocurría en Azpeitia. Pero nada impidió que la juerga se desatara a golpe de tambor, con 24 horas por delante que se espera que sean más llevaderas.

Después de que Juan Karlos Izagirre izara la bandera, Gaztelubide puso la plaza a oscuras en la otra novedad de la noche. Sonó entonces el himno antiguo de la ciudad, con motivo del bicentenario que marcará todo este 2013, bailado por dantzaris a la luz de antorchas simuladas.

La Plaza se abarrotó como siempre, animada esta vez sobre todo por cánticos dedicados a la Real tras haber doblegado al Barcelona cuatro horas antes. No faltó una gran pancarta con el lema «Etxera» y carteles en favor de los presos y también de Ekaitz de Ibero, joven donostiarra condenado a prisión.

El sonido de los tambores y barriles se empezó a escuchar en realidad antes que nunca: a mediodía, cientos de representantes de la mayoría de compañías, tanto de niños como de adultos, se dieron cita en la terraza de Alderdi Eder para presentar la primitiva marcha-zortziko de Donostia. Su origen se remonta al siglo XVII o XVIII, pero fue en el siglo XIX cuando el maestro José Juan Santesteban la recogió y adaptó para las tamborradas. Jose Bizente Etxagarai la enriqueció con su letra.

Los comparseros se colocaron a ambos lados de la terraza, con cuatro tambores mayores como directores: Marouf El Haiba Habib, de Mendiola Ikastetxea, y Leire Larrañaga, de Sagrado Corazón-Mundaiz Ikastetxea, como representantes de la tamborrada infantil; y Juan Mari Uriarte, de Lagun Berriak y Yaiza García, de Kresala Gazteak, de las de adultos. Acudieron autoridades como Martin Garitano, diputado general de Gipuzkoa, y Bakartxo Tejeria, presidenta del Parlamento de Gasteiz.

Los aplausos que vinieron en forma de estruendo dieron paso al bando del alcalde, que recordó el 200 aniversario de la quema, estrago y destrucción de la ciudad por parte de las tropas anglo-portuguesas. También de la reconstrucción, gracias a la valentía y fuerza de la ciudadanía. «2013 debe ser el año de los valores humanos: convivencia, acuerdo, igualdad, participación, paz y normalización política, así como de solidaridad para hacer frente a la crisis económica», reclamó Izagirre.

Se cumplen, asimismo, 150 años desde que comenzaron a derribar la muralla, para dejar de ser plaza militar y crear un nuevo espíritu. En ese ambiente nació la tamborrada, «para que la gente del pueblo ahuyentara en mutua compañía sus preocupaciones, gracias al sonido de los tambores». Era y sigue siendo «el símbolo del deseo y la alegría de vivir de Donostia». Anoche, más real que nunca.

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