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Facultativos de Onkologikoa piden su integración en la red pública

El centro médico de Donostia se enfrenta a cambios. Al reciente nombramiento de la delegada general desde una gestora externa, se le suma la expiración del concierto entre el Departamento de Salud y Kutxa. Y aquí habrá que ver qué sucede. Este escenario ha despertado voces que avisan de una posible privatización de Onkologikoa, desde donde 59 facultativos han firmado una carta para reclamar su inserción a la red pública y conservar su naturaleza de obra social.

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Oihane LARRETXEA | DONOSTIA

Este año ha traído, y traerá consigo, la toma de una serie de decisiones en torno al Instituto Onkologikoa de Gipuzkoa, en un contexto marcado principalmente por la crisis económica. El centro monográfico de prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer, que forma parte de la obra social de Kutxa desde 1952, tiene suscrito un concierto con el Departamento de Salud de Lakua para la atención de pacientes de Osakidetza, aunque también asiste a pacientes de seguros libres y a pacientes privados. Precisamente, en este 2013 expira el convenio que se renueva cada cinco años.

En 2012, Kutxa inyectó 39,7 millones de euros menos que el año anterior a la Obra Social, y si bien es cierto que desde la entidad aseguraron que Onkologikoa y el Museo de la Ciencia Eureka! son «intocables», Kutxabank ha anunciado la reducción de los 3,5 millones de euros que aportaba hasta ahora para el mantenimiento del centro médico hasta los 2,6 millones. Además, desde hace cuatro años no ha habido inversión en infraestructuras.

En la toma de decisiones arriba citada se sitúan las anunciadas el pasado día 4. El primero, el relevo en la dirección con el nombramiento de la madrileña Almudena Moreno como delegada general, y cuyas competencias son la dirección y gerencia del centro. Ya adelantó que su gestión se basará en la rentabilidad económica.

La segunda decisión, hablar de un cambio en la estrategia enfocada ahora a los ensayos clínicos y la investigación.

Superar el carácter concertado

Estos tres elementos, es decir, la situación económica, la renovación del convenio y el cambio de estrategia, han provocado la reacción de 59 facultativos de Onkologikoa, que han firmado una carta a la que ha tenido acceso GARA para mostrar su preocupación por «la sostenibilidad y el futuro del centro».

En el escrito reclaman que «la actividad principal debe seguir siendo la medicina pública», y solicitan que se ofrezca «una atención especializada a la enfermedad oncológica abierta a la totalidad de la ciudadanía guipuzcoana y conservando su naturaleza de obra social».

La renovación del concierto la consideran una oportunidad para «superar la relación de centro concertado con Osakidetza», integrando a Onkologikoa en la red pública «sin perder el carácter de fundación dependiente de la Obra Social de Kutxa».

Los firmantes proponen que «el instituto pase a ser dirigido y gestionado en cuanto a su orientación asistencial por el sistema público de salud y los profesionales que integran Osakidetza», y subrayan la importancia de «aumentar de forma significativa la carga de trabajo actual del centro, aprovechar su desarrollo tecnológico y experiencia».

También aluden a la crisis, al afirmar que está afectando «gravemente a Onkologikoa en forma de pérdidas económicas e incertidumbre sobre la sostenibilidad y el futuro de nuestro centro». «Ante esta situación y los cambios de estrategia que se vislumbran en el instituto (...) queremos manifestar con rotundidad que reivindicamos el carácter y la vocación de obra social que ha caracterizado a Onkologikoa durante toda su historia», reiteran.

Según ha podido saber este diario por fuentes muy próximas al centro, esta carta ha incomodado a Carlos Ruiz, director de la Obra Social de Kutxa. Precisamente, estas mismas fuentes le reprochan querer impulsar medidas que apuntan a la privatización.

Ahí se sitúan los convenios que se están perfilando con algunas entidades privadas, como el European Oncology Institute. Estos acuerdos permiten la existencia de una gestora externa, y eso es exactamente lo que se ha dado con la designación de Moreno.

Vender humo

Además de criticar este nombramiento -ejecutado en diciembre de 2012-, estas fuentes agregan que ello provocó la marcha de quien era gerente de Onkologikoa, Jon Etxeberria. Tras su salida, éste fue nombrado director general de Osakidetza.

También denuncian el mal funcionamiento durante el mandato del PSE. «El Consejo Asesor del Cáncer ha funcionado durante muchos años hasta la última etapa socialista. [Rafael] Bengoa [consejero de Sanidad] no la reunió en cuatro años. En ese período los pacientes pasaron de elegir libremente el centro al que querían ser derivados, a ser designados a instituciones propias, como el Hospital Donostia», revelan.

Añaden que incluso a los pacientes antiguos se les denegaban las consultas con los médicos que ya les habían tratado anteriormente. «Así llegamos a la situación actual, con una ocupación mínima».

Es en este escenario donde las fuentes sitúan la designación de Moreno. «Sin contar con los profesionales del centro se ha contratado una empresa privada para gestionarlo. Esto supone mayor coste y grava más el déficit. No conoce el medio, ni el flujo de pacientes, ni las relaciones con la Administración».

Sobre la población de 5 millones de personas que pretenden abarcar con los ensayos clínicos en seres humanos, creen que es desorbitada. «Están vendiendo humo. Un centro que es de diagnóstico, tratamiento y prevención no puede ser de la noche a la mañana un centro de investigación», dicen. «La investigación oncológica es tan cara que es impensable que un centro privado pueda subsistir en un medio donde hay recursos públicos de calidad demostrada», concluyen.

Kutxa no ha adelantado qué hará con el convenio

Los ingresos económicos de Onkologikoa provienen principalmente de la asistencia prestada a los pacientes de la Seguridad Social, derivados del Departamento de Sanidad. Por lo tanto, la actividad tiene cargo presupuestario en el Departamento de Salud. Un pequeño porcentaje de los ingresos provienen de los seguros privados.

Dado que los ingresos que produce son insuficientes, Kutxa inyecta el dinero necesario para garantizar su sostenibilidad. Precisamente, el convenio entre el Departamento de Salud y Kutxa ha de renovarse este año, pero la entidad bancaria aún no ha adelantado qué es lo que hará.

El centro de diagnóstico, tratamiento y prevención del cáncer fue vendido en junio de 2009 por 43 millones de euros a la Fundación Kutxa, entidad creada en 1991, tras la fusión entre la Caja de Ahorros Provincial de Gipuzkoa y la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián.

Menos de un año después, la Fundación Kutxa constituyó la Fundación Onkologikoa, a la que traspasó el centro sanitario y que es la encargada de gestionarlo. Según las fuentes cercanas a Onkologikoa, esto se hizo con el fin de que Kutxa no se haga cargo del 100% del déficit de mantenimiento.

O.L.

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