Internacional
Los clásicos nunca mueren
Golazo de Totti a la Juve en la antesala del Inter-Milan, y Beckham que vende 15.000 camisetas sin jugar
Joseba VIVANCO
«Claro que he leído Shakespeare, pero no recuerdo quién escribió el libro». La respuesta se le atribuye a Il Capitano Francesco Totti, el mismo que escribió ``Todos los chistes sobre Totti (contados por mí mismo)'', una obrita sobre su aura «de simpático descerebrado, de trasteverino cateto», como contaba el gran Enric González en sus ``Historias del Calcio'', y de la que llegó a vender más de 800.000 ejemplares, cuya recaudación destino a Unicef y al servicio de asistencia a los ancianos romanos. «``Incendio en la biblioteca de Totti, destruidos los dos libros'', reza el titular en los diarios. Totti está desesperado: ¡Aún no había terminado de colorear el segundo!», es uno de los chistes en los que se ríe de sí mismo.
Lo que ya no produce risa sino admiración es que el «mejor 10 desde Maradona», como lo catalogó Fabio Capello, se sacó de la bota el golazo del fin de semana, el que el santo y seña de la Roma clavó en la misma escuadra de otro grande del Calcio, Gianluigi Buffon. Al inicio del partido Roma-Juventus del domingo ambos campeones del mundo se abrazaron, 1.001 partidos en Serie A les contemplaban. Luego, ya sobre el césped, Totti mandaba un misil desde la frontal del área juventina a 113 km/h y anotaba su gol número 224 en la Serie A. Sólo Only Gunnar Nordahl (225) y Silvio Piola (274) le superan. Gol y victoria.
«No hemos jugado como un equipo, y cualquiera nos puede ganar si jugamos así. Hemos dado un paso atrás hoy y espero que nos sirva de lección», declaró el entrenador de los biannconeros Antonio Conte después de ver cómo el líder sucumbía. «Somos la Juventus. Cuando llevas esta camiseta no hay excusas», añadió después el defensa Martín Cáceres. Derrota que no supo aprovechar su inmediato perseguidor, el Napoles, que empató y se queda a cuatro puntos de los del Piamonte.
No solo se dejó dos puntos el equipo napoletano, sino que a su jugador esloveno Marek Hamsik le robaron su Rolex tras abandonar en coche el estadio San Paolo y ser asaltado por tres encapuchados en plena calle. Lo curioso es que no es la primera vez que le sucede: en 2008 le sustrajeron otro reloj similar valorado en 25.000 euros, aunque en aquella ocasión unos hinchas lo localizaron y se lo devolvieron. Lo cierto es que algunos jugadores que han pasado por el equipo han sentido ese miedo.
La novia del argentino Ezequiel Lavezzi fue atracada a punta de pistola y calificó a Nápoles como «una ciudad de mierda»; el argentino salió el año pasado rumbo al PSG parisino. Bueno, al menos no argumentó lo que el holandés Van der Meyde a su paisano Drenthe para que no fichara por el Everton, por «el alcohol, la cocaína y las chicas de Liverpool».
El singular presidente del Napoli, Aurelio De Laurentiis, sobrino del productor de cine Dino De Laurentiis, dice no estar preocupado por estos sucesos. «Roma y Milán son ciudades tan peligrosas como Nápoles», declaró hace tiempo, y es que «con la crisis actual no se debería llevar un Rolex en la muñeca».
Tercera en la tabla sigue la Lazio, y ojo con el renacido Milan de Berlusconi. Los rossoneri vieron cómo Mario Balotelli marcaba su cuarto gol en tres partidos para derrotar 2-1 al Parma. Los números de Balotelli son de anotar: con el Milan, 4 goles en 3 partidos; con el City, 3 goles en 20 partidos. El Milan ha sumado 29 de los últimos 36 puntos posibles y se mete de lleno en la pelea por la tercera plaza. Y este fin de semana, el derbi milanista, Inter contra Milan.
«Antes de morirme me haré del Milan. Así se morirá uno de ellos». La lapidaria frase es de Peppino Prisco, quien fuera vicepresidente interista, y sirve para dar idea de la enconada rivalidad que se profesan ambos clubes y aficiones. «Estoy en contra del racismo, pero si mi hija se casa con un milanista no la entrego en el altar», es otro de sus conocidos exabruptos. De hecho, en el Milan-Parma de la pasada jornada los tifosi locales se burlaron de la grave lesión del delantero argentino interista Milito, entonando el «ven Milito, salta con nosotros».
Enric González solía recordar un chiste milanista en el que Gennaro Gatusso apuesta con Ancelotti y sus compañeros a que él solo se basta para ganar a todo el Inter. La plantilla se va de vacaciones durante el derby y no puede ver el encuentro, por lo que llaman a Gatusso y le preguntan cómo ha ido. Este, irritadísimo, responde que ha empatado a uno. «¿Y por qué estás enfadado? Un empate, uno contra once, es grandioso», le cuestiona Paolo Maldini, a lo que Gennaro responde: «No, si el resultado no es malo, lo que me molesta es que me hayan expulsado por protestar a mitad de la primera parte».
A semejanza de uno de sus símbolos, el biscione (`gran serpiente'), emblema de los Visconti (familia que gobernó la ciudad desde 1277 a 1447), el Inter quiere devorar esta jornada a su mejor enemigo. Una tragedia a lo Rómulo y Remo `made in Milan'... Es el `derbi de la Madonnina', la estatua de cobre dorado que representa a la Virgen María en lo alto de la aguja de la Catedral de Milán, a 108 metros del suelo. Rivalidad absoluta, aunque no se trate del clásico por excelencia del Calcio. Fue nada menos que Gianni Brera, ilustre e influyente periodista italiano del siglo XX que bautizó como Catenaccio a la filosofía futbolística italiana, quien denominó como derby de Italia al enfrentamiento entre nerazzurri y bianconeri, Inter y Juventus, por vez primera en la temporada 1967/68.
Ibrahimovic y su nevera vacía
No hubo Premier League este fin de semana, tan solo un adelantado Liverpool-Swansea en el que los de Alfield golearon 5-0 a los de Michu y Laudrup. Los reds ya son séptimos, a la espera de un apetecible City-Chelsea este próximo domingo, con ambos separados por 4 puntos.
Sí hubo Ligue 1 y con sorpresa, porque cayó el líder PSG ante el Sochaux, su primera derrota desde el 1 de diciembre. Lo aprevechó y cómo el Lyon, que goleó 0-4 al Girondins de Bordeaux para colocarse a tres puntos del líder en la clasificación, mientras que el Olympique de Marseille también ganó y es tercero.
«No soy un bad boy. Soy normal. Los demás piensan que soy un bad boy. Me gusta. Me gusta tener esta imagen. Prefiero eso a ser perfecto. Para mí, nadie es perfecto», ha dicho hace poco Zlatan Ibrahimovic al presentar su autobiografía en Francia, de la que en su Suecia natal vendió 700.000 ejemplares. Una madre divorciada, un padre afectado por la guerra en Bosnia y alcohólico, un frigorífico vacío... «No tenía hambre. Tenía mucha hambre», señaló el jugador, quien reconoció que lo único que le pidió a su esposa es que la nevera siempre estuviera llena para sus hijos.
Cayeron los parisinos, pero el choque sirvió para que un chaval de nombre Kingsley Coman, con 16 años, ocho meses y cuatro días, se convirtiera en el jugador más joven de la historia del PSG en debutar en una Liga francesa, en la que por fin empezó a entrenar David Beckham, tras fijar su residencia en el hotel Bristol de París, un 5 estrellas cuya suite Imperial de 320 metros cuadrados -la que ocupa- cuesta 17.000 euros la noche; eso sí, lo paga el club.
No juega aún el Space Boy, pero ya genera ingresos. Se han vendido 15.000 camisetas con el dorsal `32' del PSG desde que fichó, una de ellas la que compró para su hija Alain Becam, de 32 años y que juega para el Union Sportive d'Ivry, un conjunto de la 11ª división de los suburbios de la ciudad. «Pese a no hablar inglés muy bien, me gustaría decirle que mi nombre es Becam en la versión francesa», ha dicho. Beckham, el inglés, el mejor patrocinio para cualquier club, de quien se espera que se vendan 150.000 prendas del PSG, aunque sean de la marca Nike y a él le patrocine Adidas.
De los 10 millones de camisetas con su nombre a la espalda que se han vendido a lo largo de su carrera profesional, 5 millones las vendió entre el Real Madrid y el United y el resto en el Milan, Los Angeles Galaxy y ahora PSG. O lo que es lo mismo, unos ingresos estimados de 1.000 millones de euros.
A punto de cumplir 38 años en mayo, el inglés tendrá por delante jugadores mayores que él en el concierto europeo. Los más veteranos en las principales Ligas son actualmente: Friedel (41 años, Tottenham), Schwarzer (40, Fulham), Zanetti (39, Inter), Palop (39, Sevilla) o Giggs (39, United). Dinosaurios.
Todo lo contrario de la Bundesliga, donde los jóvenes despuntan y ahí está la tripleta que hizo su estrella Marco Reus -declarado fan de Justin Bieber- en la gran victoria del Dortmund ante el Eintracht Frankfurt por 3-0. Un resultado que no le sirvió para acortar distancias respecto a un Bayern que se impuso 0-2 a los lobos del Wolfsburg.
Muy cerca de Alemania, al lado, se vivió el clásico austríaco. El derbi de Viena número 304, donde el Austria, líder, ganó 2-1 al Rapid. Mientras, en Holanda, el PSV Eindhoven cuenta ya con tres puntos de ventaja tras ganar y es seguido de cerca por el Ajax, con lo que en la Eredivise también vuelve los clásicos. Como el costamarfileño Didier Drogba, que solo necesitó siete minutos tras salir del banquillo para marcar su primer gol con el líder turco Galatasaray. Los clásicos nunca mueren.