Las palabras de Rajoy en el Congreso español no sirvieron para levantar los ánimos entre los inversores dentro del SIBE. Ni la mejoría en la balanza comercial, ni el anuncio de un déficit público por debajo del 7% en 2012 -el límite de Bruselas estaba fijado en el 6,3%- compensaban las lagunas de su apuesta de futuro para crear empleo y evitar más sacrificios sociales. Así las cosas, el Ibex, que parecía ensayar un ataque a los 8.300 puntos por la mañana, se fue debilitando según pasaban las horas hasta perder los 8.200 puntos recuperados el martes. Ayer, por otro lado, no se pudo contar con una apertura alcista de Nueva York. Al cierre, el Ibex se paró en los 8.163 puntos, después de caer un 0,76%. El escenario también era bajista en París (-0,69%) y Fráncfort (-0,30%), pero no en Londres (+0,26%). El desfallecimiento estuvo liderado por Santander (-1,81%), Inditex (-1,76%), Iberdrola (-1,68%), Telefónica (-1,30%) y Repsol (-1,11%). Al frente de los perdedores del selectivo se colocó ArcelorMittal (-4,01%). La siderúrgica se ha comprometido con Bruselas a no hacer nuevas reestructuraciones hasta junio. Entre los ganadores, despuntaron ACS (+4,70%), Abertis (+3,53%) y Ferrovial (+3,41%). Esta última redujo su beneficio un 43%, pero sus ingresos brutos crecieron más de un 13%. En París, las subidas fueron encabezadas por Lafarge (+5,45%). El líder mundial del cemento presentó una caída del 27% en sus beneficios de 2012, aunque anunció una fuerte mejora en el rendimiento operativo. Las acciones de ArcelorMittal (-4,01%) y Accor (-3,60%) fueron las más penalizadas.