No hubo ninguna votación relevante tras más de tres horas de reunión y de -según indicaron distintas fuentes- intenso debate en el hotel de Tafalla en el que estuvo reunido el Consejo Político de UPN la noche del viernes. Y, por tanto, no se cumplieron las expectativas levantadas por unos y otros en el sentido de que este cónclave iba a reflejar claramente quién de los dos candidatos a la Presidencia del partido tiene más boletos en su bolsillo antes de llegar a la cita del 17 de marzo en el Baluarte de Iruñea.

Los más de 200 integrantes del Consejo Político presentes no tuvieron oportunidad de decantarse hacia Yolanda Barcina o hacia Alberto Catalán porque, finalmente, se retiraron las propuestas de fondo presentadas por uno y otro sector.

De entrada, se daba por hecho que Miguel Sanz iba a completar la «encerrona» contra Barcina al proponer que el Consejo Político ratificara el pacto que en su día alcanzaron Barcina y Catalán, y que la primera invalidó poco después, para repartirse el poder interno mientras ella continúe al frente del Gobierno navarro.

De esta forma, el sector «corellano» que abandera Sanz pretendía que la actual líder del partido llegara al IX Congreso con el signo de la derrota ya marcado en la frente. Pero no sucedió así, ya que finalmente Miguel Sanz y Carlos García Adanero retiraban su iniciativa a petición del propio Catalán, al mismo tiempo que Ignacio Polo y José Javier Viñes hacían lo propio con las enmiendas defendidas por Barcina.

Catalán, tal como indicaron algunos de los integrantes del Consejo, propuso esa solución apelando a la unidad, pero Barcina también la reclamó advirtiendo de que, en caso contrario, la imagen que se trasladaría a la militancia y a la sociedad es que UPN está a punto de romperse.

Un extraño desenlace teniendo en cuenta que, al iniciarse la reunión, se había acordado que la votación de esas enmiendas se hiciera de forma secreta.

Con anterioridad se habían aprobado por unanimidad la ponencia política y la que actualiza el programa del partido, por lo que quedaba claro que la disputa se iba a circunscribir a la ponencia sobre los estatutos, a la que se habían presentado más de veinte enmiendas.

Lo paradójico es que, con ya apenas margen para cambiar de rumbo en el camino hacia el Baluarte, todavía no se han formalizado las candidaturas a la Presidencia de UPN por parte de ambos rivales. Como también resulta chocante que, tras el encuentro de Tafalla, la figura que se observa más endeble sea la de Miguel Sanz.