Iñaki Urdangarin negó ayer ante el juez que su mujer, la infanta Cristina, tuviera relación alguna con los negocios del Instituto Nóos y trató de desmentir lo revelado por su exsocio, Diego Torres, que afirma que la Casa Real sabía que Urdangarin seguía dirigiéndolo pese a que se hubiera apartado públicamente.

La investigación se acerca cada vez más a la Casa Real española, que el viernes tuvo que salir al paso de los rumores de una eventual abdicación de Juan Carlos de Borbón, afirmando que el rey «no tiene ninguna intención de abdicar» y la propia presidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, defendió el papel de la corona ante el creciente descrédito.

Urdangarin, que llegó a los juzgados entre abucheos de unos 400 manifestantes, comenzó su comparecencia leyendo una declaración en la que se refirió a los correos electrónicos aportados por Torres a la causa, de los que aseguró que pretenden desplazar el foco de esta instrucción de los hechos «hacia un proceso público al pretendido papel de la Casa Real en los mismos».

«A este respecto, declaro que la Casa de Su Majestad el Rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades que yo desarrollaba en el Instituto Noós», afirmó Urdangarin.

Su abogado Mario Pascual, anunció al juez que impugnará los correos ya que cuestiona el origen de estos documentos.

El yerno del rey insistió en que considera nulos esos correos con los que Torres pretende demostrar que el duque de Palma tomaba decisiones en Nóos, así como la implicación del secretario de las infantas, Carlos García Revenga. Durante cuatro horas, el yerno del rey respondió a las preguntas del juez, el fiscal anticorrupción Pedro Horrach, la abogada del Estado que representa la acusación particular de la Agencia Tributaria, y a su propio abogado.

Reunión en la Zarzuela

En sus respuestas negó también que se produjera una reunión preparatoria de la cumbre Valencia Summit 2004 en el Palacio de la Zarzuela, como declaró la semana pasada su exsocio, quien dijo que en ese encuentro participaron el entonces presidente de la Comunitat Valenciana, Francisco Camps y la alcaldesa Rita Barberá. El juez solicitará el registro de visitas de la Zarzuela para verificar si se celebró la referida reunión. Durante su segundo interrogatorio como imputado en este caso de presunta corrupción, Urdangarin negó también que tenga cuentas en Suiza y que haya utilizado testaferro alguno.

Sobre su función en la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (Fdcis), heredera de Nóos, sostuvo que él era patrono de la misma, pero que solo ejerció labores en cuestiones deportivas, nunca de gestión, mientras que Torres aseguró la semana pasada al juez que la Fdcis se creó expresamente para Urdangarin.

Urdangarin admitió haber ejercido de «lobby de presión» a favor de la candidatura olímpica de Madrid 2016 pero sin cobrar por ello.

Tesorero «testimonial»

Tras Urdangarin llegó el turno del secretario de las infantas Elena y Cristina, Carlos García Revenga, que afirmó que, aunque era tesorero del Instituto Nóos, solo lo hacía de forma testimonial y ni manejaba sus cuentas ni participó en la administración de esta entidad. Aseguró él no sabía de cuentas y que eran Urdangarin y Torres quienes gestionaban de manera conjunta este organismo.

García Revenga incluso mostró su extrañeza por las cantidades económicas que manejó Noós, que dijo haber conocido según se han ido publicando en los medios de comunicación.

Además de su propia desvinculación y, al igual que Urdangarin, en su declaración de dos horas y media mantuvo que la infanta Cristina no participó en ningún momento en la gestión de Nóos.

García Revenga señaló que la idea de crear el Instituto Nóos fue de Urdangarin y Diego Torres, y que asumió el cargo de tesorero por su amistad con el duque de Palma, y asesoró al yerno del rey hasta 2006 porque era su «primera aventura empresarial».

Sobre los correos de Torres, el secretario de las infantas también cuestionó su veracidad y anunció que se querellará.

Preguntado si el rey intermedió para que Urdangarin trabajara en una empresa relacionada con Corinna zu Sayn-Wittgenstein, el secretario de las infantas no quiso contestar.