Ogeta Los colorados tienen pie y medio en semifinales
Oinatz y Beroiz revalorizan a Irujo
Los de Asegarce encarrilaron su clasificación tras imponerse con claridad a un desaparecido Retegi Bi y un superado Zabaleta.
BENGOETXEA-BEROIZ 22
RETEGI BI-ZABALETA 8
Jon ORMAZABAL
Oinatz Bengoetxea y Mikel Beroiz fueron prácticamente los dos únicos que no añoraron a Juan Martínez de Irujo ayer en el Ogeta gasteiztarra y aprovecharon la oportunidad que se les presentó para sacar su oficio y conseguir una cómoda victoria que los coloca prácticamente en semifinales.
Con el brillante Parejas protagonizado por José Javier Zabaleta, la labor tan seria que Juan Martínez de Irujo está realizando había quedado algo difuminada, pero en el primer día de ausencia del de Ibero, quedó en evidencia todo ese trabajo sucio que este ha venido realizando al llevar pelotas complicadas, entrando a saques que se podían envenenar e incluso convirtiendo en ofensivas acciones que debían ser defensivas.
Decía en la previa el propio Irujo que el Ogeta es «uno de esos frontones que te saca las vergüenzas» y, sin llegar a tanto, entre unos solidísimos Oinatz Bengoetxea y Beroiz y esos cuadros largos del recinto gasteiztarra se encargaron de enseñarle al de Etxarren esas lecciones que, por su edad, todavía no ha tenido tiempo de asimilar.
Si dicen que los ciclistas reciben el carné de profesional en los Campos Elíseos tras finalizar el Tour, con su frontis algo más bajo de lo habitual y el peso que los pelotazos cogen a partir del seis, el Ogeta es un examen de reválida para los zagueros y Zabaleta añoró en exceso ayer a Martínez Irujo.
Y es que Julen Retegi no aprovechó para nada esa oportunidad que tanto estaba reclamando. Sin ritmo y un poco olvidado ya de jugar partidos de esta enjundia, el delantero navarro no solo no colaboró lo suficiente en defensa con Zabaleta, sino que tampoco aprovechó las opciones que se le presentaron para entrar al remate, lo que terminó por molestar a un público que le pedía más osadía.
Solidísimo Beroiz
Con todo, Zabaleta sí que dio muestras de su poder, con derechazos como los tres consecutivos que pegó en el 7-4 y causó la admiración de la cátedra, pero se encontró con un solidísimo Mikel Beroiz que demostró que el oficio puede resultar incluso más efectivo que la más espectacular de las pegadas, más en escenarios como el de ayer.
A pesar de tener que ver la espalda a Zabaleta en muchas ocasiones, el de Uharte le buscó las cosquillas arrimándole mucha pelota a esa zona donde tanto daño hacen e incluso se permitió algún lujo como la cortada con la que hizo el 18-7, demostrando que es bastante más que un magnífico fajador.
El trabajo del zaguero se vio además acompañado por un Oinatz Bengoetxea incisivo, que no tuvo piedad de Julen Retegi. Es cierto que gran parte de su botín lo sacó desde el saque, -consiguió un total de siete, muchos de ellos restables- pero también recuperó la eficacia en sus remates, sumando otros ocho en juego, y con esos números es fácil entender un resultado tan abultado como merecido.