Penaltis, igualdad, expulsión, resolución en los últimos minutos... Al derbi de Zubieta no le faltó de nada. Salvo, desde el punto de vista visitante, la victoria de un Lagunak que estuvo cerca de darse un alegrón pero que acabó hincando la rodilla y ya no depende de sí mismo.

Curiosamente, las navarras mirarán hoy al mismo encuentro que la Real que, con su victoria, reduce distancias respecto a la octava plaza. Apenas cuatro puntos le separan ahora del Sant Gabriel, que este mediodía recibe al Sevilla, el equipo que precisamente marca ahora mismo la línea de la permanencia, 19 puntos por encima de la escuadra navarra, con lo que si gana será ya inalcanzable. Como ayer, Real y Lagunak defenderán intereses distintos.

No faltó demasiado para que el resto de marcadores no tuvieran tanta trascendencia para el equipo de Álvaro Meoqui, que se adelantó a las primeras de cambio y mantuvo su ventaja hasta los últimos minutos. Apenas habían transcurrido nueve cuando Argiñe adelantaba a las suyas de penalti. Un tanto que sentó fatal en las filas donostiarras. Ante un rival que sigue mejorando en tareas defensivas, a la Real le costó horrores hacerse con la iniciativa o, al menos, traducirla en peligro. Así que el 0-1 se mantenía cuando el encuentro llegó al descanso.

Y se prolongó, ya en la reanudación, durante un buen rato, pese a que la superioridad de las futbolistas de Unai Gazpio fue haciéndose cada vez más evidente con el transcurso de los minutos, ante un Lagunak al que el partido se le empezó a hacer largo. La jugada clave llegaba a apenas once minutos del final, con un penalti que le costaba la segunda amarilla a Naiara y el tanto del empate a Itxaso Uriarte. Poca opción tuvieron las de Barañain de aferrarse al empate porque apenas dos minutos después, Eguzkiñe Peña volteaba definitivamente el marcador, revitalizando las opciones coperas de su equipo y mojando definitivamente el último cartucho de Lagunak.

Visita al Espanyol

Hoy llega el turno del Athletic, que visita a un Espanyol (12.00) sin opciones en la pelea por el título, pero siempre peligroso.