En el mismo tiempo televisivo en Xplora, se desmontaba con el documental «Sicko» de Michael Moore las barbaridades de la sanidad privada en los USA, ese lugar que acaba de entrar en un periodo presupuestario tóxico, con un reducción de ochenta mil millones de euros, la decisión de Nixon de dar paso a las corporaciones sanitarias privadas y quitar la universalidad de la sanidad a sus ciudadanos. Vemos investigaciones y comparecencias públicas, en sede parlamentaria, en la que médicos arrepentidos confiesa una praxis criminal. Denegar tratamiento necesario a sus asociados para ahorrar gastos y aumentar las ganancias de la empresa. Es tan claro que las aseguradoras sanitarias privadas provocan situaciones nefastas para la salud de sus asegurados, que el repaso de este documental nos provoca un sentimiento encontrado, casi un acceso de impotencia; ¿qué se puede hacer si lo público se vende a lo privado de manera sistemáticaaduciendo unos conceptos y objetivos demostrados fehacientemente que son mentira?

Esta oportunidad programática, nos coloca ante la evidencia de la ideologización de los medios, de su beligerancia defendiendo posturas que no son otra cosa que opciones económicas, exentas de valor científico, sin comprobación alguna de su eficacia, lo que las convierte a la luz de los antecedentes en sospechosas, y que ni siquiera las capas de clases medias que usan estos igualatorios, podrían ser tratados en su totalidad en los mismos. Es una estafa general, pero jugando con la salud y con el cinismo de los políticos con responsabilidad de gestión.