Ventanas cósmicas
Carlos GIL
Mikel Laboa suena y resuena. Textos de Sarrionandia, de Chéjov, el soliloquio de Hamlet desmenuzado en varios idiomas viene a ser el mismo trampolín al abismo de la existencia del ser humano. Desde lo más local, lo más sencillo y ancestral hasta abrazar con la punta de los pies o el verbo ahuecado el infinito, eso es la experiencia artística, universal, diversa, singular y socializada. Si se utilizan varios idiomas, varias lenguas para decir lo mismo, los lenguajes escénicos también pueden chocar, friccionarse, fundirse. El arte políglota, polimorfo. Y aquí se ilumina el discurso. Incomunicarse o comunicarse parece una toma de postura previa, quizás un estigma ideológico.
Estamos ante un gran trabajo, con voluntad de trascendencia, de una grandilocuencia simple, sincera, limpia, sin trucos. Conmueve el humor incomprendido, los amantes sin reprocidad, el baile al suelto o el zapateado de Israel Galván, tan vasco, como flamenca es la ezpatadanza. Un espectáculo comunicativo, sin apriorismos, ecuménico, precioso, denso, abierto, con un buen uso de los vídeos pregrabados. Un espectáculo actual porque nace de lo propio, considerando todo lo existente en el cosmos, como parte de uno mismo. Emocionante, con un equipo de intérpretes que brillan todos a su nivel más exigente. Una puesta en escena vitalista. Imperdible.
Obra: Komunikaioa-inkomunikazioa
Autores: Mireia Gabilondo, Jon Maya.
Intérpretes: Aitor Beltran, Miren Gaztañaga, Eneko Gil, Helena Golab, Ibon Huarte, Alain May, Urko Mitxelena, Iñaki Telleria, Nerea Vesga.
Dirección: Mireia Gabilondo.
Coreografía: J. Maya, Jone San Martín.