Exigen el retorno a Rusia del hermano del niño muerto en Texas
GARA | MOSCÚ
Miles de personas participaron ayer en la capital rusa en la Marcha en Defensa de los Niños en la que, entre otras demandas, se exigió el retorno a Rusia de Kiril Kuzmin, hermano del niño adoptado (Maxim) que murió en enero en EEUU.
La misteriosa muerte de un niño ruso de tres años adoptado por una familia de Texas enfrenta a Rusia, que clama justicia contra los padres adoptivos, y a EEUU, que aseguró ayer que todo fue un desgraciado accidente. «Exigimos a EEUU la entrega de los correspondientes documentos forenses, incluido el certificado de defunción de Maxim Kuzmin y la devolución de su pasaporte», afirmó Konstantin Dolgov, jefe del Departamento de Derechos Humanos del Ministerio de Exteriores ruso.
Maxim, adoptado por la familia Shatto en un orfanato, murió el pasado 21 de enero, pero fue ayer cuando la Policía de Texas anunció las conclusiones preliminares de la investigación, que indican que fue el niño quien se infligió a sí mismo el golpe en el abdomen que acabó con su vida.
Conclusiones
En cambio, Konstantin Dolgov subrayó que «solo tras estudiar esos documentos (forenses y de defunción) se podrán sacar conclusiones (definitivas) sobre las circunstancias de la muerte del niño para decidir nuestros próximos pasos».
Según el Defensor del Menor de Rusia, Pavel Astajov, 20 niños rusos adoptados han muerto desde 2001 en Estados Unidos, país que ha acogido a unos 60.000 menores desde la caída de la URSS en 1991. Por esta razón, Rusia ya aprobó en diciembre pasado una controvertida ley que prohíbe las adopciones de niños rusos por familias norteamericanas.
La Embajada de EEUU en Moscú emitió una nota en la que afirma que no existen motivos para incoar un proceso penal contra nadie, en alusión a los padres adoptivos, por la muerte del menor.