División de Honor femenina
Bera Bera ahoga al Guardés
Su asfixiante defensa acabó con los recursos gallegos, mientras sigue mejorando sus opciones ofensivas.
BERA BERA 27
AT. GUARDÉS 17
Juan Carlos ELORZA
Bera Bera muestra tal grado de convicción en sus posibilidades que victorias como la de ayer se pueden calificar como una especie de «otro día en la oficina». El At. Guardés también vino con la lección aprendida a Donostia, con ataques largos y buen balance defensivo para paliar los efectos del letal contraataque donostiarra, pero Bera Bera sigue aprendiendo a adaptarse, y ayer lo hizo con Arizaga mostrando un buen nivel en la dirección de su juego ofensivo durante los primeros 40 minutos; con Dunay ofreciendo destellos muy positivos en ataque -aunque su juego explosivo conlleve riesgos físicos que no le han permitido hasta ahora mantener una línea estable de juego, y ayer también se quejó de su tobillo tras aterrizar de uno de sus vuelos sin motor-; con Elorza más acertada en sus lanzamientos, aunque quizá le falte decidir cuáles son exactamente sus mejores opciones en un equipo que carece de tiro exterior. Por lo visto hasta ahora, cuando el movimiento de balón hunde la barrera defensiva y permite recibir a Elorza en la zona de 7-8 metros, su lanzamiento en apoyo, a un solo paso, es efectivo y el que más le permite sorprender. Ante el Laczpol lo demostró, y también ayer ante el Guardés.
El juego con el pivote también se ha convertido en un valor seguro conforme el equipo se ha visto obligado a jugar más minutos en ataque posicional (4 goles de Ederra ayer), y la agresividad en la búsqueda de las penetraciones ha provocado un aumento en los penaltis que le señalan a favor. En la Copa fueron 22, y ayer 8 más. De los 30 ha marcado 24, un 80% que mejora mucho su porcentaje respecto al que acreditaba hasta ahora en la Liga (73%). Un detalle a cuidar de aquí al final de la competición, porque sus rivales insistirán en no dejarle correr.
Con todo, donde volvió a romper el partido Bera Bera fue en defensa. Ayer ni siquiera le hizo falta la colaboración de la portería. El bloque central, con mención especial para la impagable labor oscura pero imprescindible de jugadoras como Elorza y Núñez, acabó por aburrir a las jugadoras gallegas. Tras el toma y daca inicial se llegó al empate a 6, acompañado por la exclusión de Eli Pinedo. La inferioridad sirvió de acicate a la defensa donostiarra para subir un grado más su intensidad y, cuando volvió la de Amurrio, habían logrado un parcial de 2-0, que luego crecería hasta el 5-0 (11-6).
Andrea Dapena se trababa en cada aproximación porque no veía espacio para colarse, ni para servir asistencias en el pivote a su hermana Alba, que pasó más desapercibida que en ningún otro partido. Kurchankova era objeto de una atención especial cada vez que recibía el balón, y si se acercaba un bosque de brazos se alzaba ante ella. Solo Ana Cerqueira, menos vigilada, lograba sorprender con un par de penetraciones, y Simon aprovechaba el mayor espacio en el extremo para meter un par de goles en la segunda parte, como también hizo Amorós.
Pero el juego principal de las gallegas estaba desactivado, la ventaja se estabilizó en los diez goles, y la salida de Zoqbi en los 20 últimos minutos , con el partido ya decidido (22-13) sirvió para animar el ambiente con varias paradones marca de la casa: una vaselina desde el extremo y un penalti a la húngara Simon, y un remate a bocajarro a Alba Dapena desde los seis metros.
Entre folio y folio, Eli Pinedo marcaba de contraataque (no podía ser otra, ni de otra forma), el gol 18.000 de la historia del club. Otra barrera superada.