De sopetón ha muerto Pepe Sancho. Un hombre de televisión, cine y escenario. Como sucede con demasiada asiduidad, la exageración de sus exégetas produce un poco de vergüenza ajena. El primer obituario encendido hecho por un articulista de la agencia EFE ha provocado una cascada de desmesuras que, por otro lado, no le hacían falta. Con su fallecimiento se va un actor de fuste, trabajador, que con los años fue cuajando una manera de interpretar que partía de la fuerza física y no acumulaba matices, sino que los estrujaba con su vitalidad. Una escuela primaria de actuación, muy resultona ante las cámaras, más deficitaria en calidad en los escenarios, pero que le había convertido en su madurez en imprescindible en muchos repartos.

Pero se nos quiere hacer creer que se ha roto el molde, que se ha acabado con una raza de actores. No hay escuela, ni raza, ni especie posible, se trata de un fenómeno que unió sus trabajos actorales de diferente resultado con una sobre-exposición mediática fuera de cualquier razonamiento artístico: sus relaciones tumultuosas con la cantante María Jiménez, y sus participaciones de tertuliano en programas donde se empezó a hacer de las opiniones políticas, un espectáculo televisivo denigrante como «Moros y cristianos», en donde Sancho empezó a mostrar su sesgo más conservador y atrabiliario, rozando lo cavernícola.

Si a ello añadimos sus rotundas descalificaciones a los actores que basaban su técnica en el reconocido «método», de manera que llegó a descalificarlo en sus últimas semanas diciendo que era lo que usaban de excusa los mediocres, y su vinculación casi orgánica con la Generalitat de Valencia, donde en los años más oscuros de sus Teatres, apareció como un fijo discontinuo como actor, productor y director de teatro en muchas producciones de ese ente público, en la época de mayores corrupciones, el retrato se completa.

Su trayectoria televisiva y popular arrancó con Curro Jiménez, y su papel de El Estudiante. En «Cuéntame» asumió un protagonismo dando vida a un personaje de época franquista con autenticidad. Ha hecho otras series, películas de todo tipo, y su vocación teatral es algo que mantuvo desde muy joven.