Los abogados británicos Mark Muller, Michael Ivers y Sudhashu Swaroop, y sus homólogos vascos Didier Rouget y Amaia Izko, conforman el equipo jurídico que el próximo día 20 de este mes defenderá ante la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) la causa de Inés del Río. En la vista se estudiará el recurso interpuesto por el Gobierno español contra la sentencia condenatoria de la sala tercera del mismo tribunal, que dio la razón a la presa de Tafalla y pidió su inmediata libertad, además de una compensación económica. Se trata de un caso de gran importancia, no solo para la propia afectada, como es lógico, sino también para todos los presos y presas a los que se ha aplicado la doctrina 197/2006 y, por extensión, para todos los estados que forman parte del Consejo Europeo, ya que afecta directamente al «corazón» de la legislación sobre derechos fundamentales, según explicaron los letrados.

Los representantes de Inés del Río recordaron ayer que la carga de la prueba está en el Ejecutivo español y expresaron su confianza en el alegato que han preparado. Al respecto, apuntaron que al aplicar la nueva doctrina lo que hicieron los mandatarios españoles fue redefinir la propia condena, y lo hicieron de una forma que no era previsible, en perjuicio de su cliente y con carácter retroactivo, lo que a su juicio atenta contra el Convenio Europeo de Derechos Humanos. La rotundidad de estos argumentos y la convicción de que la Gran Sala actuará al margen de presiones políticas llevó a los letrados a mostrar cierto optimismo en el desenlace de una cuestión que, sea cual sea, afectará de lleno a la vida política de Euskal Herria y a la vida, sin añadiduras, de cientos de presos y de sus familias.

No obstante, es preciso ser cauteloso ante movimientos no jurídicos precisamente. Madrid, con su presión y el apoyo de otros estados que podrían verse concernidos por el fallo, ya logró que se admitiera a trámite su recurso, y esa presión irá en aumento hasta el día de la vista. De modo que no cabe bajar la guardia, aunque al equipo de Inés del Río no solo le respaldan sólidas razones sino también un pueblo que busca soluciones.