El temor a Boko Haram se extiende entre las poblaciones de Camerún
GARA | YAUNDE
«Todo lo que queremos es la paz para vivir tranquilamente. Boko Haram no es la paz», remarca Salah Abakar, un pescador camerunés de 37 años en el lago Chad, en la zona fronteriza entre Camerún, Chad y Nigeria, donde podría estar escondida la familia francesa secuestrada el 19 de febrero. «Tenemos miedo de Boko Haram. Matan en Nigeria, vienen aquí. No queremos que vengan», añade desde el pequeño pueblo Blaram, situado en la entrada del lago. «Todos esperamos el regreso de los ciudadanos franceses», añade. Milicianos que dijeron pertenecer a Boko Haram reivindicaron el secuestro de esta familia en el norte de Camerún, que algunas fuentes consideran que podría haber sido trasladada a la región del lago Chad.
Denunciaron, además, «la guerra contra el islam» liderada por el Estado francés, en alusión a la intervención en Mali.
Las poblaciones del norte de Camerún afirman temer un efecto contagio en su territorio antes las débiles fronteras que se acordaron entre los propios grupos étnicos durante la descolonización. «Estamos muy preocupados», subraya el sultán de Kusseri, Abba Mahamat Moussa, principal jefe tradicional del extremo norte de Camerún.
«Hasta ahora nunca habían entrado. Es la primera vez que actúan aquí y se llevan a una familia con niños. Esto nos causa mucho temor», destaca. «Esperamos y oramos para que puedan volver con los suyos con buena salud», añade.
En Makary, un poblado de mayoría musulmana al sur del lago Chad, también se siente el miedo. Como en otras localidades de la zona, guardan silencio al ser preguntados por Boko Haram, al que miran con «miedo» dada la cercanía con Nigeria.