División de Honor femenina
18.012 goles para un club de profundas raíces y largo recorrido
Bera Bera se encuentra ante el momento clave de la temporada más importante de su historia, en la que podría ganar su primera Liga con un proyecto basado en el balonmano vasco y en la sensatez económica.
Juan Carlos ELORZA
Eli Pinedo marcaba el sábado el gol 18.000 en partido oficial del Bera Bera, que el final del partido llegaba a 18.012. La abultada cifra justifica hacer un paréntesis para repasar la trayectoria del club, que disputó su primer partido en la máxima categoría en la temporada 1990/91, entonces bajo la denominación de Corteblanco Bidebieta. 23 temporadas después, a punto de llegar a los 700 partidos celebrados entre Liga, Copa, Supercopa y competiciones europeas, Bera Bera vive la que podría ser la mejor campaña de su historia.
De momento ya es una gran temporada en la que, además de haber conquistado los títulos de Supercopa y Copa, lleva una brillante participación europea (el sábado inicia los 1/4 de final de la Recopa ante el poderoso Thüringer alemán), y es el principal aspirante a lograr el título de Liga, que sería el primero.
En esta larga trayectoria hasta 140 jugadoras han vestido ya la camiseta del club, pero su identidad queda clara al constatar que 75 de ellas eran vascas (58 guipuzcoanas, 9 vizcaínas, 5 alavesas y 3 navarras), con el refuerzo de 18 jugadoras llegadas desde otros puntos del Estado español (4 porteras), y 47 de más allá de los Pirineos (12 porteras).
Pero volviendo a los goles, otro dato llama poderosamente la atención. Casi la mitad de los tantos marcados hasta ahora (8.930 de los 18.012) los han conseguido diez jugadoras vascas, que se encuentran entre las 12 máximas anotadoras del club.
Las guipuzcoanas Garmendia, Esme López, Rubio, Karrere y Ugartemendia, las vizcaínas Ziarsolo, Agirre y Marga García, y las hermanas alavesas Patri y Eli Pinedo certifican con su trayectoria en el club y sus goles cuál es la verdadera personalidad de Bera Bera, un club que primero hunde sus raíces en el balonmano guipuzcoano y vasco, y luego trata de encontrar lo que le falta en otras latitudes.
El otro rasgo que caracteriza al club donostiarra es su apuesta por la profesionalización de su plantilla, siempre dentro de las posibilidades económicas del club. Un rasgo que en el pasado le ha impedido competir con rivales con mayores presupuestos, pero que esta temporada le ha dejado como abanderado casi en solitario de esta filosofía. Otro gol a su favor.
Aún queda lo más importante por decidir, la Liga, pero en todo lo demás Bera Bera está cumpliendo con cada uno de sus objetivos: primero se llevó la Supercopa; luego probó la complicada y agridulce primera experiencia de la Champions; su repesca en la Recopa está sido excelente -sobre todo ese partido mágico ante el Laczpol en el Gasca-, y queda la atractiva eliminatoria ante el Thüringer que empieza el sábado, otra vez en el Gasca.
La Copa, ganada con mucho sufrimiento, ha elevado la autoestima y la moral del equipo en un momento en que los esfuerzos físicos empezaban a pasar factura, y más se echaba en falta disponer de más opciones en el banquillo, aunque las últimas en llegar, y las más jóvenes, están dando la cara.
De momento, esta temporada Bera Bera igualará, como mínimo, su tope de partidos disputados (38 en la 2007/08). Y, si elimina al Thüringer, establecería un nuevo récord. También es probable que, al ritmo anotador que lleva, sobrepase los 1.000 goles, un hito que solo ha logrado dos veces (2006/07 y 2007/08). Y mañana podría mejorar su marca de victorias ligueras consecutivas... Pequeñas historias todas ellas con las que va construyendo la gran historia del club. J.C.E.
Solo 4 jornadas, saldadas con 4 victorias, ha necesitado el Györi ETO de Ambros Martín para asegurar su billete para semifinales de la Champions League femenina. Larvik parte como su acompañante más probable en el Grupo 1, con el Buducnost a la expectativa. En el Grupo 2 Krim Mercator y Ferencvaros comparten liderato con 6 puntos, y el Oltchim detrás con 4.
Luis Miguel López, excomentarista de balonmano en TVE y director general del Atlético de Madrid durante los últimos seis años, en los que el equipo se trasladó de Ciudad Real a Madrid, anunció ayer su dimisión «por motivos personales». Negó que sea un primer paso para la desaparición del club rojiblanco, aunque sí auguró recortes.
