Ana Otadui, Jone Berriozabal y Alex Etxeberria | Parlamentarios de EAJ-PNV
Dime de qué presumes...
El simple hecho de recibir donaciones no constituye siquiera motivo de sospecha de actuaciones éticamente reprobables
Representantes de EH Bildu -Asier Imaz, Eva Blanco, Diana Urrea y Ernesto Merino- escribieron el 1 de marzo de 2013 en GARA sobre la corrupción y financiación privada de los partidos políticos. Desde el Partido Nacionalista Vasco compartimos su preocupación ante los numerosos casos de corrupción que están saliendo a la luz, y coincidimos también en el diagnóstico de que mostrar toda la clase política como corrupta ni se corresponde con la realidad ni beneficia en absoluto a los pilares de un sistema democrático. Precisamente por ello asistimos atónitos a un artículo mediante el cual se atreven a aventurarse en levantar sospechas sobre la financiación de EAJ-PNV por el simple hecho de recibir donaciones dentro del marco legal establecido y cumpliendo exquisitamente con la presentación de las cuentas ante las instancias pertinentes.
Nuestro partido tiene diferentes fuentes de financiación. La primera de ellas es la financiación pública, para la cual existe la Ley Orgánica 8/2007, de 4 de julio, que establece cómo se rigen dichas subvenciones y que otorga a las Comunidades Autónomas potestad para subvencionar a los partidos de sus respectivas cámaras, y efectivamente el Parlamento Vasco tiene un sistema para otorgar subvenciones a los partidos representados en la cámara. Mismo sistema para todos. Además de esto, los partidos buscan otros tipos de financiación. En nuestro caso los cargos públicos del partido dan una parte de su sueldo, los afiliados pagan unas cuotas, se realizan actividades promocionales, alquiler de locales (Batzokis), o actividades inversoras. Y sí, también existen otras donaciones al amparo de la legalidad vigente.
El simple hecho de recibir donaciones no constituye hecho delictivo alguno, ni siquiera una carga ética. Lo que resulta moralmente inaceptable es que quienes jamás ocultamos un solo céntimo de nuestra financiación nos veamos señalados con el dedo por los representantes de una coalición en la que se integra una formación política cuya financiación en la última década, y por extensión en su historia, está lejos de ser clara. ¿O es que acaso la izquierda abertzale -cierto puede ser también que, durante parte de su historia, podrían tratar de justificarse por la existencia de una Ley de Partidos que nosotros consideramos injusta- no se ha financiado con las itxulapikos de las «Herriko Tabernas»? ¿Es que acaso han cumplido con sus obligaciones tributarias quienes fuera por voluntad o por no poder hacerlo de otra manera han vivido de ingresos que, con sobres o sin ellos, han sido en cualquier caso «en B»? ¿De qué viven desde años dirigentes de la izquierda abertzale, como Joseba Permach? ¿Quién les paga? ¿Lo hace en blanco o en negro? Nos resulta cuanto menos sorpren- dente que quienes vienen de tradiciones políticas de esta índole y que han callado durante décadas ante quienes exigían otro tipo de donaciones a punta de pistola (podemos llamar así a la extorsión a la que ETA ha sometido a miles y miles de trabajadores de este país) osen señalar a un partido sin ningún temor al Tribunal de Cuentas, y que mientras hacen eso defiendan además que existe un interés -ajeno a ellos, eso sí- de desprestigiar a la clase política en su conjunto. ¿No es lo que están haciendo ustedes con su artículo? ¿Cómo pueden levantar sospechas o deslizar veladas insidias sobre otros quienes propo- nen como senador autonómico a un abogado en ejercicio que declara unos ingresos de 1.000 euros en el último año?
En 2012 el Tribunal de Cuentas publicó el informe con las últimas cuentas, relativas al año 2007, en la que se pueden comprobar los estados contables e ingresos de las diferentes formaciones políticas, entre las que obviamente se encuentra EAJ-PNV y también Eusko Alkartasuna y Aralar. Ahí están con luz y taquígrafos las cuentas de EAJ-PNV sin ocultar las donaciones recibidas, de las cuales, todo hay que decirlo, el 54,7% corresponden a donaciones de los grupos políticos y cargos públicos. Este último punto parece que han preferido obviarlo los firmantes del artículo, señalando la cantidad total de donaciones sin especificar que gran parte de ellas provienen precisamente de los grupos y cargos electos del propio partido.
El simple hecho de recibir donaciones no constituye siquiera motivo de sospecha de actuaciones éticamente reprobables. En el ejercicio serio de la política y de la transparencia de la misma EH Bildu encontrará en su camino al Partido Nacionalista Vasco. En la difusión de sospechas infundadas que no se sostienen en argumentación alguna y que sólo alimentan la desconfianza hacia la clase política les decimos claramente que ni estamos, ni nos esperen.