El expresidente del Gobierno de Nafarroa Miguel Sanz comentó ayer que de momento se niega a ir al Parlamento para informar sobre Caja Navarra, aunque al mismo tiempo indicó que será él quien decida en el futuro si acude a la Cámara para tratar el asunto, del que sostuvo que no tiene «absolutamente nada que ocultar».

De esta manera, Sanz mantiene su negativa a la solicitud del grupo de Aralar-Nabai, que instaba al expresidente a aclarar su papel en la desaparición de Caja Navarra.

«Cuando una persona no tiene obligación de ir a una institución como es el Parlamento, lo mínimo que puede hacer un grupo que pretende que alguien comparezca es dirigirse a él y pedir conformidad», resaltó en su tono habitual Sanz, quién insistió en que, de comparecer, «lo decidiré voluntariamente y lo decidiré yo».

Itoitz, Leitzaran...

El que fuera máximo mandatario de UPN insistió en descalificar la solicitud de comparecencia, llegando a hablar de «sainete». «Es en lo que quieren convertir algunos el Parlamento con el tema de la Caja. Hoy es la Caja y otras veces ha sido Itoiz y otras veces ha sido la Autovía de Leizarán. Yo a eso no voy a contribuir».

En cualquier caso, dijo que su hipotética comparecencia tendría el objetivo de «eliminar cualquier subjetivismo o cualquier juicio que se hayan formando algunas mentes bienintencionadas pero manipuladas», aludiendo a la ecuación de que quién no quiere comparecer «es que algo tiene que ocultar».

Llegados a ese punto, negó la mayor: «Yo no tengo que ocultar, absolutamente nada. Todo lo he hecho con la ley, con el reglamento. Ni trato de favor, ni cuestiones éticas, ni cuestiones morales». Sanz también negó implicaciones familiares: «No tengo nada que ocultar ni con mis hijos, ni tráfico de influencias, ni cuenta en Suiza, absolutamente nada».