Una muerte solitaria | Craig Johnson
Novela negra de Wyoming y pastores vascos
A.H.
Walter Longmire es sheriff en el condado de Absaroka, el menos poblado de todo Wyoming. Además de servidor de la ley respetado por sus ayudantes, es un buen amigo y un buen padre. Por otro lado, reúne todas las características inherentes al héroe de novela negra: es de mediana edad, varonil pero no demasiado atractivo; está de vuelta de todo y se las sabe todas; y una herida sentimental le impide caer en los brazos de las mujeres que le desean. Walt y Johnson, sin embargo, adolecen del machismo y conservadurismo que acompañan a algunos de estos personajes. En esta segunda entrega de Longmire, la muerte de una anciana vasca, Mari Baroja, será el desencadenante de una investigación donde se mezclan el pasado y el presente. J. Aranzadi, camarero del Hotel Euskadi, el ayudante de Walt, Saizarbitoria y la familia Baroja son los vascos implicados en el caso. La aparición del poema «Gernika», de Jean Diharce, hace pensar que Johnson ha leído el famoso «The basque history of the world» (1999) de Mark Kurlansky, donde figura el mismo poema. Aunque haya quienes consideren que Johnson dilata mucho el comienzo de la acción, el comienzo de las hostilidades, habrá que tener en cuenta que el autor gusta de recrearse en la vida, el perfil de sus personajes y en las tierras de Wyoming, el mítico territorio de los western. Pero, una vez que comienza el baile, la acción es más que trepidante y el final, inesperado.