La cerrazón española habría desmantelado un marco para hablar con ETA en Noruega
Según informó la Cadena Ser, ETA estaba en Noruega para hablar. El PP lo sabía pero no daba el paso y la presión de los contrarios al proceso y las filtraciones habrían hecho el resto. Con el marco de diálogo cerrado, los miembros de ETA habrían abandonado el país nórdico.
I. ALTUNA |
La cerrazón del Gobierno español negándose a emprender un proceso de diálogo para resolver de forma ordenada las consecuencias del conflicto político, que incluiría el desarme de ETA; las actuaciones hostiles de los sectores contrarios a un proceso de paz incrustados en los aparatos del Estado, que han estado a punto de provocar conflictos diplomáticos; y el goteo de filtraciones a los medios de comunicación estarían en el origen del desmantelamiento del marco para el diálogo que, según informó ayer la Cadena Ser, se había instalado en Noruega.
La citada cadena de radio tituló su noticia con un expeditivo «Noruega deja de dar cobijo a la dirección de ETA», que habría intentado durante estos meses avanzar desde allí en el proceso de paz. La información cita el nombre de tres delegados: el histórico Josu Urrutikoetxea, que participó en las negociaciones de 2005-2007, David Pla e Iratxe Sorzabal. A estos dos se les atribuye la lectura de los comunicados de alto el fuego permanente y de cese definitivo de la actividad armada.
La noticia difundida por la emisora indica que ETA ha estado de forma permanente por lo menos ocho meses en Noruega, aunque la propia información da un dato que sitúa la cuestión con anterioridad, al afirmar que «Noruega planteó qué hacer con el aparato político de ETA que, tras la tregua y auspiciado por el Gobierno de Zapatero, buscó infraestructura en Oslo».
En cuanto a la gestión del Gobierno del PP, la misma información reconoce que el Ejecutivo noruego ha hablado con el Gabinete de Rajoy. Ya entrada la noche, al ser preguntado en los pasillos del Senado sobre si le constaba que en Noruega había dirigentes de ETA, el ministro de Interior, Jorge Fernández Díez, comentó que «el Gobierno tiene constancia de lo que tiene que tener constancia».
El hecho de que una delegación de ETA pudiera haber estado durante meses sentada en una mesa de forma estable con el conocimiento del Gobierno español denota una extraña paradoja: la mesa está ahí, el Ejecutivo de Madrid lo sabe y, sin embargo, no se sienta.
Fuentes conocedoras del proceso consultadas por NAIZ interpretan que todo ello se debe a la gran debilidad política del Gobierno, que teme dar el mínimo paso por la presión de los sectores más recalcitrantes, opuestos al diálogo y a avanzar en una agenda de soluciones. Estos sectores no habrían permanecido quietos durante estos meses. Al parecer, ha habido maniobras para provocar incluso problemas de orden diplomático con Noruega. Dichos sectores, instalados en las fuerzas policiales del Estado español y en los servicios de información, habrían intentado provocar la reclamación judicial de los miembros de ETA -estuvieran o no en el país-, para poner en un brete a Noruega y quemar definitivamente aquel marco de diálogo, usado ya en el proceso de 2005-2007.
A esta dinámica se habría unido un goteo constante de filtraciones que han provocado una honda preocupación en la izquierda abertzale, por entender que quienes las propician buscan agudizar la inestabilidad.
El portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, restó ayer importancia a la supuesta decisión del Ejecutivo noruego y señaló que, «más allá de la noticia, lo realmente preocupante e inquietante es que ETA no haya dado inicio a su desarme efectivo». En la misma línea, añadió que «lo que llama la atención es que, un año y medio después del anuncio de cese definitivo, todavía no haya comenzado la disolución».
Erkoreka, que afirmó que la decisión de Oslo «está en sintonía» con la postura de la Comisión Internacional de Verificación, comentó que todas las partes implicadas en el conflicto deben trabajar para poder consolidar la paz en Euskal Herria. Sin embargo, al ser requerido para que valorase el inmovilismo de los gobiernos de Madrid y París, se limitó a reiterar que le corresponde a ETA mover ficha en el camino de la normalización.
No obstante, el portavoz del Gobierno de Iñigo Urkullu reconoció que la organización armada ha emprendido el citado camino de forma unilateral. «ETA fue la que calificó su decisión de manera unilateral e irreversible, y la sociedad vasca sigue esperando a que esa unilateralidad se vaya haciendo efectiva y siga avanzando», insistió.
Horas antes, el portavoz del PNV en el Congreso español, Aitor Esteban, señaló que «es lógico que Noruega tome la decisión de que los miembros de ETA abandonen su territorio». En declaraciones a los medios, dijo que ya se sabía que una delegación de ETA estaba en Noruega y que había mantenido contactos con la Comisión de Verificación. «Era conocido que esa reunión ya se había acabado y que habían ido a Euskadi a informar de lo que había habido», afirmó. GARA
La formación abertzale acusó ayer al Gobierno español de mantener una actitud de «bloqueo y boicot» ante la resolución del conflicto político que padece Euskal Herria, y criticó al PNV por ser «el fiel servidor» del PP.