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Rubalcaba no quiere elecciones y sitúa al PSN más cerca de UPN

En un desayuno con periodistas y cargos institucionales en Iruñea, el secretario general del PSOE afirmó que la «estabilidad del Gobierno de Navarra» es una prioridad y que anticipar elecciones no sería bueno.

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Aritz INTXUSTA |

Alfredo Pérez Rubalcaba dio ayer un espaldarazo al debilitado Gobierno de Yolanda Barcina al asegurar que lo prioritario para Ferraz es «la estabilidad institucional» de Nafarroa. El líder del PSOE apuntaló este discurso recordando que Roberto Jiménez es un líder local que se encarga del «día a día» y que las decisiones estratégicas son competencia de Madrid.

Barcina -presente en el desayuno de Cadena Ser al que acudió Rubalcaba- acogió esta declaración como un balón de oxígeno. La presidenta navarra cree que fueron unas afirmaciones «muy responsables» y las valoró como «muy positivas». Por todo ello, se comprometió a intensificar los contactos con el PSN de cara a conseguir acuerdos que le permitan sostener su precaria minoría parlamentaria (19 escaños de 50).

Rubalcaba fue claro a la hora de hacer públicas sus preferencias por la derecha navarra. A juicio del líder del PSN, un pacto con el resto de formaciones de izquierdas resulta peligroso, puesto que hay «líneas rojas que no se pueden traspasar» en acuerdos con abertzales. Aunque ve positivo que la izquierda abertzale esté en las instituciones, Rubalcaba piensa que tiene aún «camino por recorrer antes de sentarse con el PSOE en un Gobierno».

De otra parte, el líder del PSOE se refirió específicamente al hipotético escenario de elecciones anticipadas. Rubalcaba se mostró crítico con esta posibilidad, bajo el argumento de que en este contexto de crisis económica unos comicios «marcan una estabilidad durante meses». Este argumento de fomentar estabilidad contrasta con la petición que realizó a Mariano Rajoy para que dimita, en la que también se reafirmó ayer.

El PSN y la crisis de UPN

Pese a su apoyo a UPN, Rubalcaba aseguró que «la estabilidad del Gobierno es tarea del que gobierna», lanzando un dardo a Barcina. En este sentido, recordó como elemento fundamental del «fracaso» del Gobierno de coalición el pacto de UPN y PP para ir juntos a las elecciones estatales.

Su crítica a esta deslealtad de Barcina hacia sus socios de Gobierno entronca con la pelea interna que se ha abierto en UPN y que ha acabado en una disputa por el liderazgo de la formación entre Barcina y el vicepresidente del partido, Alberto Catalán. Este segundo subrayó este fin de semana que había que volver a conseguir un acuerdo estable con Roberto Jiménez. En este sentido, la principal diferencia entre Barcina y Catalán es el grado de importancia que cada uno da al entendimiento con su exsocio en el Gobierno navarro.

Catalán no hizo declaraciones tras la charla de Rubalcaba, aunque también asistió a la misma y se sentó al lado de la presidenta navarra. Sí que atendió a los medios el expresidente Miguel Sanz, considerado uno de los grandes apoyos del aspirante a derrocar a Barcina en el partido. Sanz afirmó que hay base suficiente para retomar el acuerdo con el PSN. «No quiero creer que las relaciones políticas respetuosas y leales que han existido siempre entre UPN y el PSN no puedan recuperarse», dijo el presidente. Pese a ello, recordó que la fidelización tarda mucho en conseguirse «y puede rasgarse en un minuto». Por otro lado, Sanz pidió al PSN que deje de tirar «todo lo que el Gobierno hace», porque «para dialogar hace falta actitud y entrenamiento».

El expresidente lamentó que Catalán y Barcina no hubiesen llegado a un acuerdo para el reparto de poder. Sanz, que no se posiciona en público, sostiene que esta lucha del IX Congreso del partido «no es para dejar de apoyar al Gobierno, ni muchísimo menos, y el que diga eso está faltando a la verdad».

EH Bildu dice que el cambio pasar por dar poder a la ciudadanía

EH Bildu dio por finalizada ayer la primera etapa de diagnóstico de los instrumentos para el cambio en Nafarroa. Este debate tuvo su elemento central en las jornadas de Artika del pasado mes, pero desde que arrancó han contado con 400 agentes sociales y la implicación directa de cien de estos agentes. A partir de ahora, EH Bildu abre una nueva fase en la que se abre «un proceso de trabajo participativo, abierto, que pretende ser integrador de diferentes perspectivas, pero con un objetivo básico: cambiar el orden de las cosas».

Para EH Bildu «el modelo en que unos pocos deciden ha muerto y el futuro pasa por la participación para el empoderamiento de la ciudadanía». En este sentido, han difundido un cuestionario de 150 preguntas sobre el cambio en Nafarroa, que busca la implicación de los colectivos y las personas que quieran aportar en el proceso de cambio que se ha abierto ya en el herrialde.

Durante esta nueva etapa también se realizará «un trabajo por zonas al objeto de acordar un decálogo de medidas urgentes para la mejora de la situación social, económica e institucional ». En este sentido, EH Bildu se compromete a poner en marcha a todos los eskualdes y llevar el debate sobre las soluciones «de Erribera al Baztan y de Lizarraldea hasta el Pirineo».

Esta alianza de fuerzas abertzales y de izquierda pretende que de todo este trabajo de consenso pueda surgir antes del verano «un acuerdo amplio, concreto y audaz». A su juicio, sobre estos pilares se puede construir una mayoría social en torno a unos mínimos que se comparten. A.I.

incómodo patrón

La charla de Rubalcaba estaba patrocinada por Medicat, la empresa que se lleva las comidas del hospital. Preguntado por ello, el líder del PSOE avaló la privatización de la Sanidad Pública siempre que no afecte al «núcleo» del sistema.

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