Los empleados de Indesa aprovecharon la repercusión mediática de la visita de ayer de Felipe de Borbón a las nuevas instalaciones en el polígono de Jundiz para dar a conocer los problemas laborales de la empresa. Según el comité, la dirección rompió la mesa de negociación del convenio en febrero y lo mantiene bloqueado porque «no quiere darle ninguna seguridad jurídica y pretende aplicar la reforma laboral».

En protesta por esta situación, los trabajadores se concentraron primero el lunes por la tarde frente a la empresa. Tras la movilización, los miembros del comité se encerraron en la nueva planta, horas antes de la visita real. Después de unos intentos del gerente, Joseba Gómez Alonso, para que los empleados abandonaran las instalaciones -llegó a decir que estaba dispuesto a negociar el convenio, pero que tenían que hacerlo en la sede de la Diputación- llamó a la Ertzaintza. Pasada la media media noche, se presentaron en la empresa una secretaria judicial y varias furgonetas policiales. A pesar de que el desalojo fue pacífico, todo los trabajadores fueron identificados y se les comunicó la posibilidad de ser denunciados por un delito de ocupación indebida .

En la jornada de ayer, coincidiendo con la visita de Felipe de Borbón, los trabajadores se concentraron en el exterior de la planta en demanda del convenio. La Ertzaintza les alejó casi 200 metros para que sus gritos no fueran escuchados por las autoridades. En la protesta estuvieron acompañados de trabajadores del Instituto Foral de Bienestar Social y también del hospital de Santiago, unos denunciaban los recortes y la precarización de las condiciones laborales y los otros el desmantelamiento y privatización del servicio de lavandería del hospital.

Políticos contrariados

En el interior, el Príncipe estaba acompañado, entre otros, por el diputado general de Araba, Javier de Andrés, el delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, los consejeros del Gobierno autonómico de Salud, Jon Darpón, y de Empleo y Políticas Sociales, Juan María Aburto, así como el gerente de Indesa. Tras la visita, Felipe de Borbón se percató de que varios trabajadores se apartaban para no salir en la foto de familia con las autoridades y se acercó a ellos a preguntarles el motivo.

Coincidió que varios de los operarios eran miembros del comité de empresa por lo que tuvieron oportunidad de relatar con detalle el conflicto laboral que están viviendo, ante la mirada contrariada de los políticos y de los responsables de la empresa, la mayor parte de ellos del Partido Popular.

Por otra parte, Bildu valoró que «no hay nada que celebrar, puesto que lo que debía haber sido un centro para crear oportunidades entre personas con discapacidad, es una máquina de abaratar costes».