El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, admitió ayer que las obras del tren de alta velocidad (TAV) en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa sufren «problemas» económicos, si bien aseguró que hablará con el Ejecutivo autonómico para resolverlos e impulsar un proyecto con el que se declaró «firmemente comprometido».

Rajoy respondió así a una pregunta planteada en el Senado por Jokin Bildarratz, que se estrenaba como portavoz del PNV en la Cámara Alta. Concretamente, la formación jeltzale interrogó al Ejecutivo sobre «las medidas que piensa adoptar» para «adecuar el ritmo entre las obras de los tramos de Araba y Bizkaia y las del territorio guipuzcoano».

Cabe recordar que en Gipuzkoa es el Gobierno de Lakua el que adelanta el dinero para la construcción del TAV -el dinero es descontado posteriormente del Cupo- mientras que en los otros dos herrialdes Madrid paga directamente las obras.

Bildarratz reseñó que el presupuesto del Ejecutivo Rajoy para la llamada «Y vasca» se ha reducido este año el 50% respecto al año pasado, y se ha quedado en 190 millones de euros, un recorte que contrasta, según denunció, con la situación del corredor mediterráneo -mantiene el 94,3% de su presupuesto- y el del noroeste (88,6%).

Empresas paradas

El portavoz del PNV añadió que se está «abandonando la obra», que algunas empresas han optado por parar porque ADIF «les hace trabajar al 15% de sus posibilidades» y que se les ha pedido que no certifiquen la obra realizada el año pasado.

En su respuesta, Rajoy insistió en su compromiso con esta infraestructura y aseguró que pretende «mantener los ritmos de trabajo» para que la línea sea una «realidad» en los plazos previstos. El presidente abogó por alcanzar acuerdos que permitan «optimizar las soluciones» desde el punto de vista económico y funcional en las tres capitales vascas, si bien no explicó con exactitud a qué se refería.

«Que todo ello haya que hacerlo en el marco de la política actual de racionalización de costes en las líneas de alta velocidad y respetando la política presupuestaria es una necesidad (..) pero a pesar de ese marco de austeridad en el que desgraciadamente vivimos el Gobierno mantiene el compromiso con su política de infraestructuras», aseguró. Rajoy admitió que la inversión para 2013 se ha reducido, pero consideró que la cuantía destinada es suficiente para proseguir con las obras.