El Congreso colombiano presiona al Gobierno de Juan Manuel Santos y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que aceleren el proceso y alcancen un acuerdo definitivo de paz en la mesa de negociación de La Habana a más tardar en julio de este año a causa de los trámites legislativos necesarios para refrendarlo, ya que las elecciones generales está previstas para el primer semestre de 2014.

«Los acuerdos que se logren deben ser ratificados por el Congreso a través de una reforma estatutaria a más tardar en agosto de 2013» señaló Barreras, quien insistió en que «el Congreso no legislará sobre ningún tema de fondo (de la agenda de diálogo) si no está firmado el acuerdo del fin del conflicto armado interno», eliminando cualquier suspicacia por parte de la guerrilla que sospechaba que se estaban tramitando leyes sobre el tema agrario y la participación política.

Por eso, sostuvo, el Gobierno y las FARC «tienen entre marzo y julio de este año para firmar el acuerdo de paz y 2013 debe ser el año de la paz».

El presidente del Senado, Roy Barreras, del oficialista Partido de la U, realizó ayer esta advertencia tras volver de La Habana, donde el lunes se reunió junto a otros cinco congresistas con los negociadores de las FARC, después de que el pasado fin de semana lo hicieran con la delegación gubernamental y Santos.

Barreras señaló que ambas partes están en condiciones de comenzar a negociar una eventual participación política de las FARC tras la firma de un acuerdo de paz, lo que, además, tendría efectos en los próximos comicios. Este sería el segundo punto en la agencia de negociaciones, tras la plasmación en un documento de «cinco cuartillas», tal y como señaló Barreras, de acuerdos concretos sobre la cuestión de la tierra, un asunto crucial ya que el despojo y el injusto reparto están en el origen de conflicto armado en Colombia.

El senador adelantó que en la reunión de La Habana los negociadores de la guerrilla reconocieron la instancia legítima del Congreso de Colombia y adelantó que cabría la posibilidad de que los acuerdos sean sometidos a una consulta popular, un asunto que, aclaró, debe decidirse en la mesa de negociación.

Tras el encuentro, el portavoz guerrillero, Ricardo Téllez, aseguró que «en las FARC nadie aspira a puestos de representación en las condiciones actuales del país. Hay mucha gente que lo puede hacer mejor». Así, aclaró que eso «no se ha planteado ni se va a plantear», aunque no descartó que la guerrilla pueda participar en procesos electorales «si se dan las condiciones favorables».