La muerte de un búlgaro que se inmoló, símbolo contra la corrupción de las élites
GARA |
Cientos de velas encendidas y ramos de flores bloqueaban ayer la entrada del Ayuntamiento de Varna, en el este de Bulgaria, en memoria de Plamen Goranov, de 36 años, que murió tras prenderse fuego y se ha convertido en símbolo de las protestas contra la corrupción de las élites políticas. Varna es la ciudad donde comenzaron las protestas más importantes contra la corrupción y la pobreza hace más de tres semanas.
Alrededor del retrato de Plamen Goranov, cuyo nombre significa «llama», textos como «Tú encendiste nuestro coraje y el amor a la libertad», «Tu sacrificio nos llevará a la victoria», y «La mafia destruye Bulgaria» escritos sobre las baldosas de la acera.
Goranov murió el domingo, catorce días después de haberse inmolado delante del Ayuntamiento de Varna para exigir la dimisión del alcalde, el derechista Kiril Yordanov, en el cargo desde hace 14 años, al que acusaba de corrupción. El mismo día, el primer ministro, el también derechista Boiko Borissov, presentó la dimisión de su Gobierno.
«Qué el Gobierno dimitiera no cambia nada. Hace falta que la sociedad civil controle todo: monopolios, elecciones, partidos e instituciones», dice Ilarion Ananiev, de 25 años, uno de los promotores del movimiento de protesta.
«Plamen Goranov se ha convirtido en un símbolo nacional que muestra que la democracia en Bulgaria, controlada por una oligarquía postcomunista, se reduce a las apariencias», señaló a AFP Ognian Minchev, director del Instituto de Estudios Regionales e Internacionales de Sofía.
Con el alcalde está a punto de dimitir, Mintchev subrayó la importancia de una movilización civil «para impedir que se coloque de nuevo a hombres de paja al frente de la ciudad».