«Honor y gloria para Hugo Chávez. ¡Arriba Hugo Chávez!». Con estas palabras, el vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro, cerró el anuncio de la muerte del líder bolivariano, de 58 años. Eran las 17.30 horas en Venezuela (23.00 en Euskal Herria) y, a través de una cadena televisada, el «número dos» del Gobierno bolivariano confirmaba el desenlace fatal. «Hoy, 5 de marzo, luego de haber acudido a la reunión del Consejo de Ministros y de la dirección político-militar de la revolución nos dirigimos a las instalaciones del hospital militar de Caracas. Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo. A las 16.25 (22.00 horas en Euskal Herria) ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías, luego de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años», fueron las palabras quebradas de Maduro, quien apeló a la unidad en Venezuela. Chávez, que fue reelegido el 7 de octubre para otros seis años al frente de Miraflores, no pudo superar el mal que le aquejaba. Deja, sin embargo, el legado del proceso bolivariano, que ha marcado la evolución política de América Latina en la última década.

«Amor, paz, unidad y disciplina», fue el mensaje lanzado por el vicepresidente venezolano, en su segunda aparición pública de la jornada. Acompañado por miembros de su Ejecutivo y de la cúpula militar bolivariana, Maduro compareció en el vestíbulo del Hospital Militar de Caracas donde permanecía ingresado Chávez desde que hace dos semanas regresase por sorpresa desde La Habana, donde el pasado 11 de diciembre fue sometido a su cuarta operación en los últimos dos años. «Que no haya flaquezas, violencia ni odio. Que en nuestro corazón anide el amor por la vida, por la historia, por la patria», remarcó el «número dos» del Ejecutivo.

«Mucho coraje, mucha fuerza, mucha entereza, debemos de crecernos por encima del dolor. Unirnos mas que nunca. La mayor disciplina, colaboración, hermandad. Vamos a crecernos, dignos herederos e hijos de un hombre gigante» reafirmó un Maduro visiblemente afectado. Tras el anuncio, las primeras palabras del vicepresidente fueron para destacar su «amor y reconocimiento por quien desarrolló los proyectos más grandes y humanistas». Por el momento no se ofrecieron detalles sobre el funeral del jefe de Estado, aunque Maduro hizo un llamamiento a la población a expresar su dolor en las plazas de las diferentes localidades venezolanas. «Los que mueren por la vida, no pueden llamarse muertos», aseguró, citando al músico revolucionario Alí Primera.

Despliegue del Ejército

Ante la muerte de Chávez y los intentos de desestabilización que había denunciado horas antes, Maduro anunció el despliegue de las Fuerzas Armadas bolivarianas y la Policía «para acompañar y proteger al pueblo y garantizar la paz». Los llamamiento a la «unidad» marcaron la intervención televisada. «Juntos como una familia, la de esta patria, libre e independiente, que nos deja en herencia el comandante en jefe Hugo Chávez», reivindicó. El vicepresidente venezolano hizo una mención expresa a los miembros de la oposición, que en los últimos días habían incrementado sus movimientos. «A los que nunca le apoyaron», apeló, «respeten el dolor del pueblo y los llamamos también a la paz».

Los llamamientos a la unidad fueron también compartidas por las Fuerzas Armadas, de donde procedía el presidente venezolano. Diego Molero, ministro de Defensa, ministro de Defensa, compareció poco después del vicepresidente. «Cuenten con las Fuerzas Armadas, que son del pueblo y para el pueblo», señaló, tras reiterar la consigna de «unidad, unidad y unidad» y defender el papel de los militares como garantes de la Constitución bolivariana.

Desestabilización

Veinticuatro horas antes de que el Gobierno venezolano anunciara la muerte de Hugo Chávez, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, ya alertaba sobre el empeoramiento de su estado de salud a causa de una «nueva y severa infección» respiratoria. El anuncio no presagiaba nada bueno y el Ejecutivo de Caracas instaba al pueblo a «mantenerse en pie de lucha, incólume ante la guerra sicológica desplegada por laboratorios extranjeros con altavoces en la derecha corrupta», que busca «generar escenarios de violencia como pretexto para una intervención extranjera en la patria de Bolívar», al tiempo que apelaba a la unidad y la disciplina para garantizar la «estabilidad política» de Venezuela.

Unas horas después, los principales mandos políticos y militares del país se reunieron, presididos por Nicolás Maduro, en el Palacio de Miraflores, para analizar, según la prensa local, «los avances del proyecto nacional para el desarrollo del país». Al término del encuentro, Maduro confirmó los malos presagios que había avanzado Villegas. Y alertó sobre los intentos de desestabilización. «Nuestra revolución, señores del imperialismo estadounidense, está preparada y más fuerte que nunca hoy por hoy», advirtió, después de anunciar la expulsión de un oficial norteamericano.

En esta primera intervención, Maduro anunció que el Gobierno tiene pistas de que Chávez habría sido atacado por los «enemigos de la patria» y aseguró que podrá conformar una comisión científica para aclararlo, comparando su caso con la muerte de Arafat, en 2004, tras la que se especuló con un envenenamiento.

Poco después, el propio Maduro fue el encargado de anunciar la muerte de Hugo Chávez. Su legado, el proceso bolivariano que cambió el rumbo de América Latina, sigue vigente.