Si el reparto de puntos de cada partido se decidiera por los merecimientos, Castelldefels acumuló más durante los primeros 50 minutos. Pero el hecho es que Zuazo reaccionó, y a falta de diez segundos ganaba 21-22 cuando Fernando Barbeito pedía un tiempo muerto para preparar la última jugada. En ese escaso margen dio tiempo para que el balón llegara con ventaja a la extremo zurda Cadens, que remataba con acierto para establecer el empate a 22 definitivo.

De ahí el sabor final agridulce, aunque pasadas las horas quizá se valore más el punto que permite seguir sumando a Zuazo y establecerse en una zona cada vez más cómoda. Castelldefels jugó mejor durante la primera parte, aprovechando un mal día de Temprano -que se resarció en la segunda parte-, y antes del descanso se produjo la jugada tonta del partido, que significaría la única exclusión de Zuazo.

Castelldefels pidió un tiempo muerto, pero la mesa tardó en activar la bocina, y para cuando lo hizo Zuazo ya había robado el balón y salía al contraataque. Mientras los árbitros resolvían el entuerto, castigaban con exclusión la protesta de Barcenilla.