GARA > Idatzia > Kultura

«Con la crisis, se ha acentuado un fenómeno: se va al cine con la expectativa de ser deslumbrado»

p045_f01.jpg

Carlos Sorín

Cineasta

Viejo conocido de Donostia, el argentino Carlos Sorín (1944) presentó en la última edición de Zinemaldia «Días de pesca», un título que mañana llega a las salas. Protagonizado por Alejandro Awada y Victoria Almeida, relata el intento de un padre por recomponer su relación con su hija, tras salir de su adicción al alcohol para lo que viaja a la Patagonia argentina con la excusa de ir a pescar tiburones.

Jaime IGLESIAS | MADRID

Fiel a sus señas de identidad, el cineasta argentino vuelve a los escenarios de la Patagonia para contarnos, en clave minimalista, la historia de un padre deseoso de recuperar el amor de su hija.

Frente a esa tendencia que se da en el cine actual a la hora de justificar la trascendencia de una película atendiendo a la «grandeza» de sus formas o de sus contenidos ¿qué espacio diría que ocupan obras como las suyas tan voluntariamente minimalistas?

Pues un espacio de extrema fragilidad diría yo. De hecho, tengo dudas acerca del futuro de este tipo de propuestas. Desde el inicio de la crisis se ha acentuado un fenómeno que ya venía de largo y es que la gente va al cine con la expectativa de ser deslumbrada, de que le cuenten algo extraordinario. Esa homologación en el consumo de películas no ocurría antes, donde el cine de la diversidad tenía su propio público y como tal su propio mercado. Dudo mucho que hoy una película como «Historias mínimas» tuviera la repercusión que alcanzó en 2002 cuando la estrenamos. Dicho lo cual, lo cierto es que a mí no me sale contar otro tipo de historias. A veces pienso que igual debería hacer una película con Ricardo Darín ya eso me garantizaría 200.000 espectadores, pero no se me ocurre ninguna historia para rodar con él, así que se puede decir que estoy condenado (risas).

¿Condenado a repetirse o a mantener una voz propia, singular...?

Eso depende del punto de vista de cada quien. Aquellos a quienes les gusta el cine que hago alaban mi fidelidad a un estilo; mis detractores, sin embargo, me acusan de hacer más de lo mismo en cada nueva película que ruedo... Yo nunca sé dónde ubicarme respecto a eso, porque al final uno tiene una sola voz y aunque a veces he tratado de probarme en otros registros, como con «El gato desaparece», mi anterior película, siento que en ello hay algo de impostura, con lo cual finalmente trato de ser honesto conmigo mismo y rodar aquellas historias que me gustan.

En el caso concreto de «Días de pesca», ¿de dónde surge la idea de la película?

El proyecto viene de lejos. Por cada película que hago debe de haber siete u ocho historias, tratamientos o guiones que quedaron por el camino ¿por qué? No lo sé, supongo que uno se ilusiona con una idea y en la medida en que va perdiendo la ilusión esa idea es desplazada por otras. Sin embargo esta historia sobre la recuperación de la relación entre un padre y una hija me llevaba acompañando durante diez años.

¿Qué le aporta la Patagonia como escenario recurrente en su filmografía?

Siempre que escribo una historia visualizo primeramente el escenario, porque para mí es muy importante conocer el lugar donde transcurre la acción mientras gesto el relato. Dicho lo cual, en un sentido estricto, las historias que narro en mis películas no son historias patagónicas, sino universales: podrían transcurrir en cualquier otra parte. Sin embargo, en «Días de pesca» sí creo que el paisaje patagónico en su inmensidad y en su vacío, refuerza la sensación de aislamiento que invade al protagonista en su afán por recuperar el afecto de su hija. En este caso podríamos decir que el escenario trabaja a favor de la historia.

Esa interacción entre los personajes y el paisaje confiere a todas sus películas un aire casi de western.

Nunca me lo habían planteado, pero sí, puede ser. Yo como espectador me formé viendo muchos westerns que, en cierto modo, es el género cinematográfico por excelencia. De hecho en «La película del Rey» incluí una secuencia de «La diligencia» que para mí es una obra emblemática. Al final todo el cine que ves permanece dentro de ti como una suerte de sedimento.

Aunque en «Días de pesca» el protagonismo recae sobre Alejandro Awada, que es un intérprete profesional, en esta ocasión vuelve a convocar a muchos no actores para diversos papeles.

Cerrar el reparto siempre es lo que me lleva más tiempo. Hasta que encuentro aquellos rostros idóneos para interpretar a los distintos personajes pueden pasar meses. Normalmente tengo a dos o tres equipos de casting localizando a gente en el lugar donde vamos a rodar, pero también me gusta incorporar a gente curiosa que he conocido a lo largo de mi vida, como, en este caso, al entrenador de boxeo, al que tenía fichado para otra película que, finalmente, no hice.

Pero ¿qué le aporta trabajar con actores no profesionales?

Sobre todo espontaneidad y naturalidad. Con ellos no hay método, me limito a darles unas cuantas indicaciones y esperar a ver cómo se comportan cuando tienen la cámara delante. Contra lo que pudiera parecer no es fácil, dependiendo de la persona debes usar unas estrategias u otras para motivarla. Tampoco es sencillo conseguir la interacción entre actores profesionales y no profesionales, pero cuando tienes a alguien tan generoso como, en este caso, Alejandro Awada, dispuesto a rebajar el tono de su actuación para que ésta quede integrada en una cierta dinámica, el proceso resulta más fácil.

Con «Días de pesca» acudió por quinta vez a la sección oficial de Zinemaldia. ¿Qué papel concede a los festivales de cine y a Donostia en particular de cara a consolidar este tipo de propuestas?

Los festivales y especialmente aquellos de categoría A, como San Sebastián, continúan siendo la mejor plataforma para quienes hacemos cine desde la periferia del mundo. El cine, en ese sentido, es un arte privilegiado, pues ni la pintura, ni la música ni la literatura tienen un evento que les garantice la repercusión que genera un festival de cine, especialmente para los proyectos más frágiles, más modestos que precisamente por serlo necesitan de una promoción adicional.

 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo