Hace apenas un mes que Onkologikoa anunciaba «una nueva estrategia», encaminada a la investigación, concretamente a reforzar los ensayos clínicos en fase uno -practicados en seres humanos-. Precisamente, desde aquel 4 de febrero, instituciones públicas (Diputación de Gipuzkoa, Ayuntamiento de Donostia y el Parlamento de Gasteiz), algunos partidos políticos, así como los propios facultativos médicos del centro, han alertado de una futura privatización de Onkologikoa, dados los convenios que se están perfilando con algunas entidades privadas y que posibilitan una gestora externa. De hecho, el reciente nombramiento de Almudena Moreno como nueva delegada general se sitúa en esos parámetros.

Las nuevas políticas anunciadas ya han traído consigo otros movimientos. Ayer por la mañana Moreno comunicaba a María Jesús Mitxelena, hasta el momento directora médica, su destitución. Según ha podido saber GARA, agradecieron a Mitxelena el trabajo realizado, pero argumentaron que su perfil «no encaja» con la estrategia que quieren desarrollar de aquí en adelante.

Al parecer, según las mismas fuentes, Mitxelena habría mostrado en el marco de la dirección su oposición a la privatización, apostando por la integración de Onkologikoa en la red pública sanitaria y superar el actual marco de centro concertado a través del convenio entre Osakidetza y Kutxa, y que expira este año.

A partir de ahora, será Josean Alberro, quien desempeñe la función de director médico. Precisamente, se da la circunstancia de que, tras el anuncio del 4 de febrero, este cirujano firmó, junto con otros 58 facultativos médicos, una carta interna en la que reivindicaron el carácter público y la vocación de obra social de Onkologikoa. «Creemos que la actividad principal del centro debe seguir siendo la medicina pública: una atención especializada a la enfermedad oncológica abierta a la totalidad de la ciudadanía», decía la carta.

Los firmantes también pedían que el centro «pase a ser dirigido y gestionado en cuanto a su orientación asistencial por el sistema público de salud y los profesionales que integran Osakidetza, con el fin de aumentar de forma significativa la carga de trabajo actual, aprovechar su desarrollo tecnológico y experiencia y asegurar su sostenibilidad».