Comenta Nuria López de Gereñu, flamante secretaria general de Confebask, que en el proyecto presupuestario presentado por el Gobierno de Lakua los servicios sociales tienen un peso «excesivo», que se prima en demasía la protección del desempleo en detrimento de «la activación del empleo». A lo primero le llama «gasto» y a lo segundo «inversión». Traducido a román paladino, la representante de los empresarios viene a decir que en vez de tirar tanta pasta -«gasto»- en ayudar a personas que se han quedado sin recursos, es mucho mejor darles ese dinero a los de su clan -«inversión»- para que creen empleos.

Como primera reflexión, cabe preguntarse si López de Gereñu piensa realmente que las cuentas de Urkullu son tan «sociales» o si trata solo de representar el papel de poli malo frente al poli bueno interpretado por el lehendakari. No se puede olvidar que la eibartarra fue entre 2005 y 2009, durante la última legislatura de Juan José Ibarretxe, consejera de Transportes y Obras Públicas. Sí, ese departamento que construye trenes de alta velocidad y otras grandes infraestructuras siempre en beneficio del pueblo llano, nunca para engordar los bolsillos de firmas privadas, válgame Dios.

Hagamos un esfuerzo y aceptemos que López de Gereñu, amén de enseñarnos su patita derechosa, cree a pies juntillas que su fórmula es la más eficiente para salir de la crisis, que esas partidas destinadas a las empresas van a ser invertidas con el objetivo de reducir el paro, aumentar el consumo, generar crecimiento, disparar las cotizaciones a la caja común...

Dando todo ello por bueno, su enfoque cojea de una pata que quizás, a su juicio, sea un aspecto baladí, pero que al común de los mortales podría preocuparle. Se trata de cómo sobrevive la gente sin recursos durante el tiempo que tarden los esforzados socios de Confebask en crear riqueza a espuertas. Su propuesta es hambre para hoy y migajas para mañana.

Si es que la gente es la hostia, quiere comer todos los días. Así no hay quien saque esto adelante.