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CRÓNICA | KORRIKA18

Paso a paso, continente a continente, saltando fronteras a favor del euskara

Metro a metro, sumando voluntades y esfuerzos, Korrika se aproxima a su meta en Baiona. El fenómeno de la carrera en favor del euskara bien pudiera servir para que expertos multidisciplinares efectuaran una sesuda tesis doctoral o una investigación digna de ser publicada en una prestigiosa publicación internacional. Mientras algunos se deciden a dar el paso, otros, en distintos rincones del mundo, de Buenos Aires a Poznan, de Sydney a Montreal, han corrido su particular carrera por la lengua vasca.

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Agustín GOIKOETXEA

Hace tiempo que Korrika no es patrimonio de quienes vivimos en Euskal Herria. Edición tras edición, miembros de la diáspora se han encargado de internacionalizar la causa del euskara y de su aprendizaje por encima de fronteras no solo físicas. Fruto de ese tesón, que no se centra en la propia carrera, la euskaldunización ha alcanzado a personas autóctonas de otras latitudes.

Una breve incursión en Internet nos muestra las distintas expresiones de Korrika 18, que promotores y participantes se han encargado de transmitir al mundo, y que sirven para enorgullecerles a ellos y a todos lo que vibran cada dos años con esta iniciativa. De esa manera, el testigo no solo recorrerá los 2.587 kilómetros de Andoain a Baiona, sino que alcanzará otros lugares que algunos nunca hubiesen podido soñar, a pesar de que el reto del aprendizaje y transmisión de la lengua vasca necesita todavía de más apoyos y compromisos que los que día a día va sumando.

Tal es el fenómeno en que se ha convertido Korrika que, antes de que partiera del parque cultural Martin Ugalde, algunos ya habían recogido el testigo virtual para pasearlo, el 9 de marzo, por las calles de la localidad norteamericana de Boise, donde 80 personas participaron en la marcha para reivindicar el euskara. Antes de correr hasta el centro vasco Euzkaldunak, PJ Manzisidor, dantzari del grupo Oinkari, bailó un aurresku y el profesor de la Universidad de la capital de Idaho John Bieter explicó cómo ha sido posible que su lengua siga viva.

También en Europa fueron «madrugadores», ya que el mismo día que en Boise, una veintena de euskaltzales se reunieron en la plaza principal de la ciudad de Poznan para airear ikurriñas y petos, además como la enseña nacional polaca, ante el asombro de los paseantes.

Incredulidad también se tuvo que reflejar el domingo 17 en los rostros de los paseantes de Central Park cuando oyeron a varias decenas de personas corear ``Alkate entzun, New York euskaldun'' mientras participaban en su particular Korrika. Las mismas que tuvieron lugar ese fin de semana en el centro Lizarrenea de Buenos Aires, en Montevideo o en Montreal, donde los corredores hicieron frente a la nieve y la bajas temperaturas.

En las antípodas, en la ciudad australiana de Sidney, Gure Txoko organizó ese 17 de marzo un recorrido de cuatro kilómetros y una alubiada. Un día antes, en Barcelona se produjo la mayor concentración de ``euskalakaris'' fuera de Euskal Herria. Para coger fuerzas antes de la ``Korricursa'', almorzaron en Euskal Etxea, corrieron y terminaron en el barrio de Sants para disfrutar de una comida popular.

En Madrid, la iniciativa se denominó ``Korrika txulapoa'', realizándose una carrera de adultos -que partió de la Universidad Complutense y finalizó en la Euskal Etxea- y otra txiki. Aquí tampoco faltó la comida y la animación con txalaparta. La localidad occitana de Tolosa, la alemana de Leipzig y Lisboa han sido escenarios de carreras y eventos en favor del euskara. En todos los casos, no fueron solo ciudadanas y ciudadanos vascos los participantes, ya que también fueron muchos autóctonos, especialmente estudiantes, los que se sumaron. Algunos de ellos, como en Leipzig, han participado este invierno en clases de euskara.

Para no dar respiro al testigo, en Ciudad de México lo cogieron el lunes pasado por el embarcadero de Cuemanco, en la delegación de Xochimilco, por impulso de la Euskal Etxea. Ayer, en la localidad checa de Brno, se pudo vivir otra iniciativa similar, como las que se desarrollarán en la urbe estadounidense de San Francisco, la china de Shangai o la argentina de Necoechea, que la hará coincidir en Buenos Aires con el próximo Aberri Eguna.

Ayer mismo, en Bilbo, el movimiento Euskal Herria 11 Kolore reivindicó la diversidad en sus calles al portar Xabier Mendiguren Bereziartu y Samira Goddi Mendizabal -acompañados de vascos de variados orígenes- el testigo desde la plaza Moyúa. Todos los orígenes, todas las culturas, todas las identidades del pueblo vasco se unieron en Korrika, como lo han hecho y lo harán cientos de personas por todo el mundo.

Fue el modo en que EH 11 Kolore se sumó a la carrera con destino en la capital labortana en el marco del Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia, «corriendo el kilómetro de la diversidad».

Mañana, Berlín y Londres

Para mañana también hay citas importantes. En Berlín, en East Side Gallery -en la parte del muro que sigue en pie-, estudiantes de euskara y alemanes que se han implicado en su defensa y divulgación portarán el testigo de Korrika durante dos kilómetros y medio, en la que se presenta como la principal cita en Alemania. También se ha dejado notar en Belfast, Liverpool, La Plata, Ginebra y Santiago de Chile.

En Londres, después de un popular video difundido a través de la red, tendrá lugar Korrika, aderezada de un rico programa festivo, con kalejira y trikitrixa incluidas, impulsado por London Basque Society. La cita es en el 179 de Haggerston Road.

Hoy y mañana Korrika llegará hasta las ciudades húngaras de Budapest y Szeged.

 

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