Las jornadas se suceden en la bolsa sin avistarse ninguna salida inminente a la crisis chipriota. Los planes nuevos de Nicosia, que iban a ser examinados por el eurogrupo de forma urgente, se han convertido en el último cartucho antes de que Chipre pueda quedar fuera de la eurozona. Y fue justamente este angustioso intento de acuerdo el principal motor para permitir al Ibex acabar por encima de los 8.300 puntos. Antes, por la mañana, el Tesoro español colocaba más de 4.500 millones de euros en bonos a un menor interés y la prima de riesgo parecía abandonar el sesgo alcista de los últimos días. No obstante, los inversores le daban la espalda atenazados por la confusión sobre la mejor salida a una crisis aparentemente menor, pero que está martilleando a los mercados. Al cierre, el Ibex se paró en los 8.351,20 puntos, tras restar un 0,77%. El rojo también se impuso en los índices principales de París (-1,43%), Fráncfort (-0,87%) y Londres (-0,69%). En el Ibex, las subidas más destacadas correspondieron a Caixabank (+1,58%), Viscofan (+1,47%) y Abertis (+1,46%). Entre los perdedores, se significaron FCC (-4,06%), Popular (-3,48%) y Sacyr (-2,81%). Dentro de los pesos pesados, a excepción de Repsol (+0,18%), todo fueron caídas. Inditex, Iberdrola y Santander, con retrocesos superiores al 1%, se llevaron la peor parte. En París, los más castigados fueron Renault (-5,08%), Pernod Ricard (-4,43%) y Cap Gemini (-3,91%). También cerraron a la baja Société Génerale, BNP Paribas y Crédit Agricole, aunque con cesiones inferiores al 1%. GDF Suez (+2,31%) lideró la lista de ganadores.