El francés Pierre Vaultier ganó ayer la prueba de snowboardcross de las finales de la Copa del Mundo de Sierra Nevada, tras arruinar en la ronda decisiva el sueño del vasco Lucas Eguibar, que se tuvo que conformar con el sexto puesto, en una jornada en la que le faltó poco para dar la gran sorpresa.

Vaultier, triple ganador de la Copa del Mundo, se impuso por delante del austríaco Markus Schairer y del italiano Omar Visintin, que acabaron segundo y tercero en una prueba en cuya final Eguibar comenzó destacado y hubiese optado, como mínimo, al podio que logró hace dos semanas en Arosa (Suiza) de no haber sido por la caída que sufrió tras tocarse con el vencedor, que se le cruzó.

El donostiarra fue pasando en cabeza todas las eliminatorias de una modalidad en la que los boarders compiten enfrentándose entre sí en una pista con curvas, saltos y peraltes. Acabó primero la eliminatoria de octavos, por delante del italiano Michel Godino; repitió esa posición en la de cuartos, relegando al segundo puesto al canadiense Robert Fagan; y pasó a la final después de ganar asimismo las semifinales, por delante del propio Vaultier, vencedor de la prueba sin haber marcado ningún primer puesto parcial.

Eguibar dio muestras de gran estado físico y también de una enorme fuerza mental, al afrontar la final con ansias de victoria. Tomó la cabeza nada más darse la salida, pero, después del segundo salto y antes del tercer giro, se le cruzó Vaultier, que nada más celebrar la victoria no tardó ni un instante en disculparse repetidas veces con el boarder donostiarra.

«Estoy muy contento, porque la temporada ha sido mucho mejor de lo esperado para ser la primera en Copa del Mundo. Hoy -por ayer- tenía la velocidad y he pasado primero todas las rondas, pero me han tocado y no ha podido ser. Las carreras son así. Hay gente que le echa la culpa al francés, pero yo lo conozco, sé que es un competidor limpio y que no ha hecho nada de mala fe», explicó.

«Me pidió disculpas en meta y se las acepté sin problemas. En la curva que me ha tirado yo me cerré, así que en realidad, la culpa ha sido un poco de los dos», señaló con deportividad este joven de 19 años que ha completado una gran temporada junto a su entrenador Israel Planas.